La 62ª Convención contempló paseos al ex campamento de Chuquicamata y la localidad de San Pedro de Atacama y sus alrededores.
Los hermosos paisajes del desierto de Atacama con sus riquezas culturales, turísticas y mineras formaron parte del programa de actividades paralela que organizó el Instituto para los asistentes a la 62ª Convención Anual del IIMCh que se realiza en Calama.
El programa de actividades, pensado especialmente para las esposas y acompañantes de los socios IIMCh que participan de la Convención, incluyó algunos de los principales atractivos turísticos cercanos a Calama.
Las actividades comenzaron el día lunes 14 de noviembre con una visita a la pintoresca localidad de San Pedro de Atacama, ubicada a 95 kilómetros de Calama, en un sorprendente oasis enclavado en pleno desierto.
En el lugar, los visitantes recorrieron la zona típica del pequeño poblado que destaca por su arquitectura colonial con fuerte predominio del color blanco, como la que se observa en la iglesia del pueblo, construida a comienzos del siglo XVIII.
Tras el recorrido por San Pedro, el tour siguió hacia la laguna Chaxa, donde se encuentra la Reserva Nacional “Los Flamencos”, en medio del gigantesco Salar de Atacama que domina el paisaje de esta zona.
Al regreso, las acompañantes visitaron el pequeño poblado de Toconao y almorzaron en el Hotel Kunza, de San Pedro.
Chuquicamata
Las actividades paralelas de la Convención continuaron el día martes 15 con una visita al ex campamento de Chuquicamata, un lugar emblemático de la minería nacional que hoy se encuentra semi abandonado.
Sin embargo, antes de subir al campamento, la visita comenzó en Calama, donde los asistentes al tour pudieron comprar recuerdos en la céntrica Feria Modelo de la ciudad.
El recorrido continuó luego directo hacia el mirador de la mina de Chuquicamata, que entrega una visita privilegiada de este gigantesco yacimiento de casi 4 kilómetros de largo, por 3 de ancho y 1 de profundidad.
En ese lugar, los asistentes recibieron una explicación general sobre la operación de la mina y sus distintas fases de producción.
Desde ahí, el tour se trasladó al vecino ex campamento de Chuquicamata, con un recorrido que incluyo el casco histórico del poblado, que llegó a tener más de 15 mil habitantes, hasta las construcciones de las zonas más altas que hoy se encuentran enterradas por el avance de las “tortas” de material que se extrae de la mina.
El recorrido fue especialmente emotivo para Raúl López y su esposa Benilda Dahmen, pues ambos nacieron, se criaron y vivieron por mucho tiempo en este histórico campamento que todavía significa mucho para sus vidas.
De hecho, ambos se conocieron en el campamento, y después de una separación temporal por trabajo, se volvieron a juntar años más tarde para finalmente casarse en la iglesia del poblado.
Casi tres décadas más tarde de su última visita al lugar, el matrimonio López Dahmen volvió a recorrer con gran emoción las calles, plazas y lugares simbólicos de este campamento, que hoy respira silencio y quietud por al abandono decretado por Codelco hace cuatro años.
La visita concluyó con un almuerzo en la histórica y emblemática “Casa 2000”, una suntuosa construcción que sirvió alguna vez como vivienda del gerente General de la mina en los tiempos en que la operación minera era controlada por la estadounidense Anaconda Copper Company.