Columna de opinión de Fernando Silva C. Vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile.
Cuando hablamos de cobre, pensamos en precio, producción, nuevas tecnologías, operaciones, exploración, yacimientos y otros múltiples aspectos que involucran su extracción. Sin embargo, en la actualidad y de acuerdo a lo que el mundo, especialmente nuestros compradores exigen, hay que sumar sustentabilidad, comunidades y medio ambiente, entre otros, todos tópicos que nos llevan a la minería verde.
Este será parte del esquema que desarrollaremos en el Copper 2022, que después de 9 años se realizará en Santiago y que ya cuenta con más de 300 papers presentados.
Esta versión se realizará en un marco diferente para el sector minero nacional y mundial, donde las exigencias sociales, ambientales y productivas han cambiado y han aumentado sus exigencias. Por ello, desde el Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, IIMCh, organizador de esta versión, hemos incluido temas que, si bien no son técnicos, revisten gran importancia para el desarrollo de la actividad.
En diferentes medios han informado públicamente que la demanda de cobre al año 2040 aumentará, principalmente por la transición energética. Señalan que la demanda de cobre a partir de la transición energética pasaría de representar un 5% de la producción total refinada en 2020 a un 10% de la producción refinada esperada total al 2030, y posteriormente se espera que se triplique al 15% en 2040, especialmente por la electromovilidad, por ello, indican que hay que hacer las cosas bien, de lo contrario el riesgo de no poder cubrir esa demanda es alto.
Esto representa un gran desafío, por cuanto sabemos que los yacimientos han envejecido; las leyes del mineral han bajado y existen una serie de aspectos externos que no han permitido aumentar la producción de cobre en el país y en el mundo, lo que nos puede costar no producir el cobre que la civilización moderna necesitará, por tanto, la responsabilidad de la industria del cobre va más allá de los aspectos técnicos y económicos, los países productores de Cobre tienen una responsabilidad ética con las futuras generaciones, de manera de dejarles un mundo más limpio, de menos contaminación, y más sano para que ellos puedan desarrollar los próximos desafíos a los que deben hacer frente.
Para ello, y como seremos testigos en las diversas exposiciones, charlas y cursos que se realizarán en el Copper 2022, los riesgos y desafíos que tiene la minería mundial, pasa por nuevas tecnologías, que permitan gestionar una actividad amigable con el medio ambiente; una actividad que esté acorde con los requerimientos de las comunidades en las que se desarrolla.
Desde el desarrollo de fundiciones con bajos niveles de emisiones; nuevos procesos para lixiviación, productividad, monitoreo, nuevas tecnologías; producción sustentable, convivencia de la minería con la flora y fauna; el uso de agua, etc., son algunos de los grandes tópicos que se presentarán.
Chile como un país minero y anfitrión del evento más importante de Cobre de la década, acogerá a profesionales de todo el mundo, que no solo darán a conocer sus buenas prácticas, sino que también serán nuestros voceros para que potenciales inversionistas definan su participación en nuestro país.
Fernando Silva C
Vicepresidente IIMCh