Una masiva asistencia tuvo la tradicional cena de la Convención Anual del Instituto, que este año se realizó en el Hotel del Mar, de la ciudad de Viña del Mar.
La camaradería, tan propia de las Convenciones Anuales del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, volvió a ser protagonista en la cena de la versión número 61 del tradicional evento organizado por el IIMCh.
El alegre y distendido ambiente de los comensales sólo se interrumpió al comienzo de la cena, cuando se realizó la habitual ceremonia de reconocimiento a los profesionales que cumplen 25 y 50 años en una atmósfera más formal y emotiva (ver nota aparte).
Tras la entrega de las medallas, los asistentes a la Convención disfrutaron de un delicioso menú acompañado por la siempre grata conversación de amigos y colegas que se reúnen cada año en la Convención.
En la mesa de honor destacó la presencia del presidente del Instituto, Luis Sougarret, y del presidente de Minera Escondida, Edgar Basto, quien además cumplía su labor de chairman de la 61ª Convención.
También fue significativa la asistencia de otros importantes ejecutivos de compañías mineras, destacados profesionales del sector, y un gran número de socios del IIMCh y estudiantes.
Sorteo
En la cena –que se realizó en uno de los salones del hotel sede del encuentro, en Viña del Mar- se sortearon dos computadores portátiles entre los asistentes, quienes debían acreditar puntualidad y asistencia a las distintas sesiones plenarias de la Convención para poder participar en el sorteo.
Asimismo, se aprovechó la oportunidad de distribuir en forma masiva la Memoria de los 80 años del IIMCh, una valiosa publicación que reúne una serie de antecedentes históricos de la vida del Instituto desde su creación, en 1930 (ver nota aparte).
Después de la comida, una banda musical se encargó de encender aún más los ánimos con un celebrado repertorio de música bailable, pasando por todos los ritmos, que fue seguido con entusiasmo por los asistentes.
Desde la tropical cumbia, salsa y merengue, pasando por el clásico rock & roll, y hasta el popular reggaeton se escuchó durante la cena bailable que mantuvo “prendido” a la mayoría de los asistentes hasta la madrugada.
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