Para conocer más sobre Copper 2022, el actual panorama del cobre y el litio en Chile y los desafíos para las fundiciones y refinerías del país, BNamericas conversó con Sergio Demetrio, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile.
Ingenieros, científicos, fabricantes y consumidores de cobre de todo el mundo se reunirán el próximo mes en la capital chilena, Santiago, para la conferencia Copper 2022.
El evento organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, que tendrá lugar entre el 13 y 17 de noviembre, abordará una amplia variedad de materias como la cadena de valor del cobre, en particular en el contexto de la transición energética global.
El cobre y el litio son críticos para la electromovilidad y las energías renovables. Las tecnologías fotovoltaicas utilizan 40% más cobre que los proyectos de generación industriales, y los vehículos eléctricos emplean seis veces más minerales que los convencionales. Entre 2020 y 2040, la demanda de litio crecerá 43 veces y la de cobre, 28 veces, según un reporte publicado por la Cepal.
Es un escenario que obliga a la minería chilena a buscar nuevas formas de aumentar su producción, incrementar la capacidad de procesar minerales y potenciar la industria del litio. En tanto, la industria local enfrenta también una coyuntura de cambios legales por el proyecto de royalty minero, aún en debate, y el ya reformado código minero.
Para conocer más sobre Copper 2022, el actual panorama del cobre y el litio en Chile y los desafíos para las fundiciones y refinerías del país, BNamericas conversa con Sergio Demetrio, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile.
BNamericas: ¿Cómo va la organización de Copper 2022 y qué novedades traerá?
Demetrio: El congreso fue creado en 1987 junto al Instituto de Ingenieros en Minas de Canadá. Al poco tiempo, se unieron los estadounidenses, alemanes, japoneses, chinos, sudafricanos y ahora estamos viendo la incorporación de los peruanos.
Inicialmente era un congreso muy técnico, pero hemos ido abordando no solo las ingenierías duras y blandas, sino también los mercados, las licencias sociales, temas medioambientales, agua, energía, consumidores, etc.
Copper 2022 reunirá a gente de distintas partes del mundo, desarrollará paneles, charlas y seminarios para discutir entre técnicos y ejecutivos cómo haremos para abastecer el cobre que el mundo necesita de aquí a 10 o 15 años.
BNamericas: ¿Qué opina del royalty minero y los objetivos de destinar mayores recursos a las regiones?
Demetrio: La discusión es cómo nos vamos a repartir las utilidades. El Estado es socio de la minería a través del cobro de impuestos. No pone dinero en el negocio, sino en la construcción de caminos, urbanización, tendidos eléctricos, etc. Debe haber equilibrio. No es conveniente que mi socio gane poco.
Uno de los royalties más conocidos por los chilenos fue el 10% que se le cobraba a Codelco para las Fuerzas Armadas. Hubo un par de años que Codelco tuvo que endeudarse para pagar ese 10%. Sin embargo, si un privado se endeuda por 3 o 4 años, es difícil que pueda seguir en el negocio.
Si el Estado quiere repartir las utilidades, entonces que coloque un impuesto con base en las utilidades. Si hay más utilidades, que gane más y si hay menos, no se puede dejar morir los negocios. Cuando un negocio minero vende 100 y gana 20, los 80 restantes son para los costos en mano de obra, reparaciones, productos, etc. Si mueren, perderíamos todo.
Existen cerca de veinte mineras grandes en Chile, de las cuales solo cinco ganan mucho. Las otras, a veces ganan y pierden. El problema es que el royalty solo mira estas cinco. Los parlamentarios tienen una gran responsabilidad de ver la mejor opción en términos de utilidades, pero sin perder en consideración los costos.
La minería es de largo plazo y las exploraciones toman tiempo hasta encontrar minerales. El riesgo es altísimo. Entonces se buscan inversionistas para cumplir con esos proyectos. Se deben dar facilidades y el royalty debe ser revisado por parlamentarios, por el gobierno y por el aparato judicial. Están haciendo las cosas sin tener conocimiento técnico. Esto puede provocar que la minería se vaya a otros países.
BNamericas: ¿Cómo ven el futuro del mercado del cobre en Chile?
Demetrio: Chile tiene un tercio de las reservas de cobre del mundo y podría producir esa cantidad. Hoy producimos cerca del 28%, pero algún tiempo atrás producíamos el 36%. Vamos para abajo, las leyes han bajado y han aparecido otros países mineros con mejores leyes. Aun así, debemos llegar a la meta de producir 9 millones de toneladas (Mt) de cobre anuales al 2030. Ahora se habla de 7,8Mt, pero aún no llegamos a 6Mt. La minería es el sol para Chile, que da el calor para generar más actividades.
BNamericas: El litio, al igual que el cobre, es crucial para la transición energética y Chile está evaluando una empresa nacional del litio y su institucionalidad. ¿Qué opina al respecto?
Demetrio: Cobre y litio son dos minerales que Chile éticamente tiene que entregar, pero el litio está frenado. Si se abriera el litio a otros proveedores y se soltara la amarra que le tenemos a SQM y Albemarle, podríamos producir más.
El cobre igual está amarrado, porque todavía está la discusión del royalty, la seguridad país, pero el cobre es más versátil y útil para la vida moderna. Los autos eléctricos usan tres a cinco veces más cobre que un auto normal y la electricidad requiere millones de cableados de cobre.
En cambio, el litio no tiene mucha versatilidad. El 80-85% será destinado a la electromovilidad. Pero tenemos una gran ventaja, ya que el litio está en los salares. Los australianos tienen que encontrar lamina, sacar la roca, moler, chancar, tostar y lixiviar la mina. En cambio, en Chile nos ahorramos todo eso. Sin embargo, no estamos usando esa ventaja y está el riesgo de ser sustituidos.
En cobre no hay competidores. Por cualidades eléctricas y usos en sanidad e higiene ambiental, el oro y la plata son mejores, pero más escasos. Es difícil reemplazar el cobre. En litio vamos atrasados y recién al 2030 se verá la efectividad de la industria. Para ese entonces, entrarán minas nuevas y el precio bajará. Debemos aprovechar la oportunidad hoy, tanto para el litio como para el cobre.
Hoy se producen entre 20Mt y 22Mt de cobre primario y la demanda es cerca de 25Mt. Hacia 2040 se duplicará. Si no llegamos, van a entrar otros.
Chile tiene que pensar en cómo hacer crecer la torta. Debemos hacer más yacimientos. Por ejemplo, Perú no tiene grandes yacimientos, sino muchos pequeños y, además del cobre, tienen zinc, molibdeno, plomo, bismuto, cobalto y otros metales.
Aquí los esfuerzos se concentran en cobre, oro y plata, siendo que la minería ha impulsado las energías renovables. El agua que se desaliniza es porque la minería en Chile dio el escalón inicial y aportará al hidrógeno verde en su enfoque hacia la descarbonización.
Exportamos US$14.000 millones al año y el hidrógeno podría ser el doble de la minería. En litio, Enami podría hacerse cargo de la empresa nacional del litio y nos ahorraríamos 3 o 4 años en la creación de leyes. No es necesaria una nueva empresa.
BNamericas: La reforma al código minero busca terminar con el acaparamiento de concesiones mediante alzas en las patentes. ¿Cómo enfrentará la industria minera esta ley?
Demetrio: La reforma cambiará cosas básicas de la minería, como el sistema de propiedades mineras. La pequeña minería no tendrá el dinero para hacer el cambio y perderá sus territorios. Es cierto que hay acaparamiento por las grandes empresas mineras, pero son las que tienen el dinero para pagar las patentes anuales.
Las leyes deben hacerse bien y de forma específica. Aquí se apresuraron y “metieron las patas”. Hay que terminar con el acaparamiento, pero nos está faltando ética en la sociedad. Las cosas las deben hacer quienes entiendan.
BNamericas: ¿Cuál es el papel del instituto dentro del debate nacional sobre la minería?
Demetrio: Cuando Chile cambió de la “chilenización” a la nacionalización y después a la ampliación dela minería, los profesionales del instituto siempre han participado. El core minero fue creado en este instituto. Muchos de los actuales presidentes de las compañías mineras de Chile fueron o son nuestros socios, al igual que el gobierno. Estamos apoyando a la minería privada y pública.
Estamos participando en las mesas del gobierno para la pequeña minería, para el royalty y el cierre de [la fundición] Ventanas. Nos llaman por nuestro conocimiento y porque quieren saber qué es lo mejor para la sociedad.
BNamericas: ¿Cuáles son los desafíos para las refinerías y fundiciones en Chile?
Demetrio: Tienen riesgos distintos que la minería. Hoy existen siete fundiciones en el país. Antiguamente se necesitaba tener las fundiciones integradas a las minas; hoy no, porque existe colaboración.
Chile produce cerca de 6Mt de cobre y apenas 1,5Mt pasan por fundición y refinería. De los 4,5Mt, hay1Mt que pasa por un método hidrometalúrgico de lixiviación o electroobtención y 3Mt salen como concentrados. Por lo tanto, necesitamos más fundiciones. Los mineros que están en el negocio industrial toman el concentrado y tratan de sacar la mayor cantidad de elementos posible, porque cuando se exporta como concentrado van materiales que no se pagan.
Los países que no tienen minas y tienen fundiciones, sacan entre 12 a 18 elementos. En Chile, como tenemos minas acá, sacamos entre 4 a 5 elementos, porque no es nuestro negocio principal. Se está muy enfocado en la minería y no en el negocio industrial. Han dicho que las fundiciones en Chile tienen tecnologías añejas de los años setenta u ochenta, pero las que están en el mundo son de los años cuarenta. La diferencia es que ellos siguieron inventando, investigando y mejorando.
Nos hemos quedado solo en la minería y no en lo industrial, porque no hay incentivos. Hay que tratar de llegar a lo metálico y Chile puede hacerlo a través de un acuerdo nacional. El cierre de Ventanas nos da una tremenda oportunidad.
Fuente: BNamericas