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Ramón Rada, director IIMCh:“Llevamos mucho tiempo exportando minerales y tenemos que exportar mineria”

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Ramón Rada, Director de Alta ley, realizó una columna como líder de opinión en materia de innovación, desarrollo y sustentabilidad en la industria.


La industria minera nacional que actualmente conocemos es producto de la innovación tecnológica. Su sofisticación y envergadura son externalidades positivas derivadas de un proceso virtuoso y visionario de inversiones que hoy dan frutos, pero que principalmente fueron inferidas por transferencia tecnológica, más que inversión en investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación (I+D+i)

Hoy, el escenario es cada vez más complejo. En un entorno internacional de incertidumbre, enfrentando drásticamente los efectos del cambio climático; una industria riesgosa e intensiva en capital, que determina alta movilidad de factores productivos y donde se observan menores leyes de mineral; legislación más exigente; escasez de recurso hídrico y más de mandas y conflictos socio ambientales, debemos integrar la sustentabilidad y sostenibilidad como variables de innovación.

La inversión en tecnología e innovación se debe impulsar porque tenemos que lograr ser de verdad un país minero. Necesitamos promover nuestra productividad porque llevamos mucho tiempo exportando minerales y tenemos que exportar minería. Si queremos cambios tenemos que dejar de hacer lo mismo y probar cosas diferentes.

El gran desafío de Chile en I+D+i es lograr una cultura minera más proclive a innovar. Una cultura de la innovación valora el aprendizaje, está dispuesta a investigar y s tolerante a los errores. El sector se resiste a la incorporación de nuevas tecnologías, es celosa de los derechos de propiedad y le cuesta licenciar sus desarrollos.

Es burocrática, llena de requisitos y quiere controlarlo todo. Los contratos son de plazos acotados, se sanciona el error y se esperan resultados de corto plazo. Pareciera que los incentivos no van hacia la innovación; y necesitamos modelos de negocio más flexibles que integren el valor agregado de las nuevas tecnologías.

Nuestras políticas públicas mineras deben considerar que, en nuestra vía al desarrollo necesariamente debemos invertir más en I+D+i. Las necesidades son claras y los gremios empresariales especializados como MINNOVEX y SUTMIN; plataformas de desarrollo como AMTC de la Universidad de Chile; o el IIMCH a través de su Convención Minera Anual, son buenos canales y enlaces para definir prioridades.

En este escenario, el costo de innovar es un problema estructural: se invierte poco porque no se pueden calcular fácilmente los retornos de lo desconocido, y los acreedores esperan resultados inmediatos. No obstante, la transformación digital de nuestra industria está en marcha, con referentes mundiales de eficiencia, automatización monitoreo y alertas a distancia.

Más acotados son los avances en Machine Learning, Big Data e Internet of Things (IOT), porque no hemos sido capaces de procesar más del 10% de los datos que generamos. Sin duda, estamos atrasados en lograr operar las redes cognitivas e informales de nuestra organizaciones. Mantenemos estructuras organizacionales obsoletas, rígidas y jerárquicas, muchas familiars y sin visión integradora ni autonomía. La variedad no requerida abunda, pero cuando integremos capacidades de autoaprendizaje e inteligencia artificial, orientadas al mejoramiento continuo, muchas cosas cambiarán.