La obtención de la licencia social para operar es un tema que no sale de la lista de los asuntos que generan más interés en la industria.
Una serie de desafíos comunes entre la industria minera que opera en Chile y el mundo reveló el último estudio sobre Riesgos de la Industria Minera 2014-2015 elaborado por EY (ex Ernst & Young).
Según Alicia Domínguez, socia de Consultoría Tributaria, la mejora en productividad encabezó el ranking de este año, algo que era esperable que sucediera dada la coyuntura de las empresas.
Domínguez explica que esto no solo es un fenómeno global en todas las regiones del mundo, sino que también se ve en los productores de todos los commodities.
El informe establece que los desafíos en productividad apuntan a buscar soluciones profundas y no cambios o recortes de costos puntuales. “Tiene que haber una nueva forma de hacer las cosas”, dice Domínguez.
Chile no está tan distante de fenómenos que ocurren en otros países, incluso en grandes potencias. Por ejemplo, el informe señala que la productividad laboral en Australia ha bajado en cerca de 50% desde 2001 y en la industria del carbón en Estados Unidos, en un 30% entre 2009 y 2012.
Según cálculos del Consejo Minero, sobre base 100 en 2006, la productividad definida como cobre fino producido por dotación de la minería del cobre, ha bajado 31 puntos a 2013.
Energía y agua
Por primera vez entró dentro de las diez mayores preocupaciones el acceso a la energía y el agua. Domínguez explica que esto se veía principalmente en Chile, pero es cada vez más común en otras latitudes.
Según explica la experta, el auge del uso de agua de mar -con o sin desalar-, implica un gasto de energía importante al tener que impulsar el recurso a la montaña y ha influido en esta alza. Además, el rol de Chile -donde el tema es importante hace años- también puede haber influido.
“La escasez del agua es un tema que exige una respuesta estratégica y práctica de los negocios para desarrollar e implementar soluciones que beneficien a todos los interesados. Esto significa evaluar la dependencia sobre el agua y los suministros a futuro, y desarrollar planes para enfrentar los precios altos y posibles escaseces”, dice el informe.
Otro tema que se mantiene dentro de los más importantes es la preocupación por la obtención de lo que se denomina licencia social para operar, que subió frente a 2013.
Según explica la experta de EY, se ha ido comprobado que la licencia social para operar no es algo que se obtenga una vez, sino que exige un trabajo constante de las empresas.
“Lo distinto de años anteriores es que se ha evidenciado que no importa el historial de la compañía o lo bien que lo haya hecho antes, porque seguirá en ‘deuda’. Siempre se está en la búsqueda de obtener la licencia, es un trabajo día a día y, si no se consigue o si se descuida, los costos para la industria pueden ser enormes”, dice.
“Los estudios muestran que los conflictos de la comunidad sobre preocupaciones ambientalistas y sociales pueden generar costos de hasta US$ 20 millones por semana en valor perdido para las grandes minas operativas. El desafío para los operadores es mantener el equilibrio entre las exigencias de los interesados inmediatos y el valor inherente de ser un operador confiable en términos del medioambiente y la sociedad, con los costos del control, el tiempo de producción perdido, los daños a la reputación y los demás impactos sobre las otras operaciones”, indica el estudio.
Fuente: Diario Financiero