Reporte que la estatal envió a Hacienda dice que si no hay recursos para desarrollar los proyectos, hay que iniciar el cierre de minas como Chuquicamata y Salvador. Además, si se pierde el investment grade se afectará el costo de fondeo de todo el sector privado chileno.
El viernes 28 de marzo, en la reunión ordinaria de directorio de Codelco, la mesa de la estatal aprobó, de manera unánime el informe Financiamiento para el Desarrollo de Codelco.
Se trata de un documento en el que la estatal expuso al Ministerio de Hacienda la situación crítica en que se encuentra, tanto por la urgencia de avanzar lo más rápido posible en los proyectos estructurales como también por la necesidad de avanzar en ellos con fondos aportados por el Estado, pues el espacio que tiene para seguir endeudándose es más que limitado.
Esto, como parte del proceso de aprobación del plan de financiamiento anual de Codelco, que tuvo como respuesta de Hacienda la capitalización -calificada como “insuficiente” por trabajadores y parlamentarios- de US$200 millones más el compromiso de enviar este año el proyecto de ley de financiamiento plurianual.
El documento está firmado por los nueve directores de la estatal previo a la nominación, por parte de la Presidenta Bachelet, de Oscar Landerretche, Laura Albornoz y Dante Contreras, quienes reemplazaron a Arturo Tagle, Juan Luis Ossa y Fernando Porcile en la mesa de la corporación.
Según el texto, al que tuvo acceso PULSO, la minera verá una disminución de 40% en su producción en diez años si no puede ejecutar los proyectos estructurales. “Lo mismo ocurrirá si estos proyectos se postergan significativamente en su implementación”, se agrega.
Esto repercutirá en los excedentes que la cuprera entrega al Estado de Chile, los que se traduce en un menor valor cercano a los US$15 mil millones para Codelco y el Estado, considerando el valor presente neto de los excedentes futuros.
No es todo. Si se decide no materializar o postergar las inversiones en los proyectos Chuquicamata Subterráneo, Radomiro Tomic Fase 2, y Rajo Inca -que expandirá la vida útil de El Salvador- “Codelco deberá interrumpir este año 2014 su plan de inversiones y abordar el proceso de cierre de uno o varios de estos yacimientos durante los próximos cuatro años”, se añade.
Todo este plan de inversiones suma, si se agregan las inversiones necesarias para mantener la capacidad productiva actual de las instalaciones existentes, US$22.370 millones para el período 2014-2018.
Y al estar limitada la capacidad de endeudamiento, la empresa requiere de manera urgente recursos de parte del Estado.
“Es imprescindible tener claridad respecto de cómo serán financiadas estas inversiones, ya que lo contrario equivale a incurrir en el riesgo de que los proyectos, una vez iniciada su etapa de construcción, puedan ser detenidos por insuficiente financiamiento lo que agravaría aún más la pérdida de valor para Codelco y para el Estado”, se expone.
Se encarece el crédito
Así, para mantener el investment grade -calificación necesaria para asegurar el acceso al crédito- se propuso una fórmula a Hacienda consistente en recursos frescos por US$1.970 millones más la retención del 100% de las utilidades después de impuestos durante los próximos cinco años. “Ello evita que Codelco pierda competitividad y la mínima flexibilidad necesaria para poder gestionar el negocio en ciclos de precios bajos sin riesgos de liquidez”, añade el documento.
En caso de que esto no sea posible, el directorio cree que los efectos serán duros: Si Codelco se endeuda “más allá de lo que es compatible con su actual clasificación de riesgo, impactará sus propios costos y seguramente los de muchos otros actores de la economía nacional que se financian en el exterior”, se señala, mientras que otra alternativa es la de modificar su plan de proyectos estructurales, con los efectos ya descritos en producción y en excedentes.
Una proyección de la propia empresa plantea que en caso de que no se ejecuten los proyectos, la producción caerá desde los casi 1,8 millón de toneladas obtenidas el año pasado a 1 millón en 2022, a 880 mil toneladas en 2030 y a 502 mil toneladas en 2038.
Para ese año, la única división que permanecerá operativa será El Teniente, mientras que Chuquicamata habrá cerrado en 2030, Salvador en 2018, Andina en 2034 y Gabriela Mistral en 2027.
Es decir, es clave avanzar lo antes posible en los proyectos estructurales. Esto choca con la mirada del Gobierno, que ha dado señales de que la minera tiene algunos rezagos en el desarrollo de sus proyectos, lo que daría algo de tiempo para definir el modelo de financiamiento.
Por ello la decisión de entregar sólo US$200 millones y avanzar en un plan de financiamiento plurianual, el que casi con seguridad no estará listo antes de fin de año.
Para Codelco, la relevancia de los proyectos estructurales se relaciona con el agotamiento de los yacimientos existentes y el deterioro de la ley de mineral. Sólo para los próximos cinco años se espera que ésta caiga 17% adicional a lo que ya ha ocurrido, pasando así de un promedio de 0,83% en 2009 a 0,65% en 2018.
“Si Codelco no lleva a cabo los proyectos estructurales, la producción de cobre fino se reduciría progresivamente y en forma acelerada en comparación a los niveles actuales, al mismo tiempo que elevará sensiblemente su costo de producción”, establece el directorio.
Por contrapartida, si Codelco efectivamente es capaz de desarrollar estos proyectos, en el año 2025 la producción superaría los 2,5 millones de toneladas de cobre, la que se elevaría a 2,75 millones de toneladas sumando el aporte de las participaciones que la empresa tiene en Anglo American Sur y El Abra.
Esto equivaldría a cerca del 50% de la producción actual que alcanza toda la minería chilena.
Con todos estos antecedentes, se le solicitó formalmente un plan especial al Gobierno que permita preservar la competitividad de la empresa, lo que se logrará si la empresa no se sobreendeuda. A modo de ejemplo, se le señala a Hacienda que mientras Codelco sólo ha podido retener el 12% de sus utilidades generadas en los últimos diez años, sus principales competidoras retienen cerca del 50%.
En materia de clasificación de riesgo, si bien Codelco goza de indicadores positivos, esto se debe principalmente a que se mide en su calidad de empresa perteneciente al Estado de Chile, que tiene un nivel sobresaliente en los mercados internacionales. Por ello, al medirse de manera aislada las condiciones de Codelco no son tan favorables.
“Es innegable que existe un efecto “halo” que favorece a Codelco por ser el Estado de Chile su único dueño. De esta forma, Codelco es evaluado por las agencias clasificadoras con una clasificación base o “stand alone” a la que se superpone una clasificación por su condición de “Government Related Entity”, dando una clasificación o rating final que incluye ambos antecedentes”, dice el texto.
Y agrega: “Dado que Codelco de todas formas se beneficia de la clasificación de riesgo soberano, sus condiciones de tasa para captación de deuda son consideradas típicamente como de referencia o benchmark para el resto de la deuda corporativa privada y pública en Chile. Por ello, un deterioro en la clasificación de riesgo de Codelco, por lo tanto, es muy probable que tenga un efecto desfavorable, transitoriamente al menos, en los precios de deuda de otros actores que acuden al mercado de deuda internacional”.
Escenarios probables
Aún con estas condicionantes, Codelco ha trabajado en tres escenarios: uno sin capitalización de utilidades, otro con un límite del 100% de la utilidad neta y un tercero con capitalización de utilidades y aporte de recursos frescos por parte del Estado.
En el primer escenario, la empresa deberá reducir su plan de inversiones, no pudiendo avanzar con los proyectos estructurales pendientes de aprobación, interrumpiéndose la ejecución de Chuquicamata Subterránea y postergando indefinidamente la implementación de RT Sulfuros (Fase 2), Andina 244 y Rajo Inca en Salvador.
Aún así, se seguirá avanzando en Nuevo Nivel Mina El Teniente, que ya está en obras y con la puesta en marcha de Ministro Hales.
Así, las inversiones del período 2014-2018 totalizarían US$15.261 millones, con lo que se sobrepasarían los niveles de Deuda/Ebitda y Deuda/Patrimonio levemente en 2017 y 2018.
Con ello, el impacto en las cuentas fiscales sería de US$15.000 millones menos para el Fisco.
En caso de que se autorice a capitalizar el 100% de la utilidad neta, la minera podría avanzar en algunos, pero no todos los proyectos estructurales pendientes de aprobación.
“En este escenario, la mejor combinación que probablemente minimiza el impacto negativo en el valor de Codelco incluye continuar con el proyecto Chuquicamata Subterráneo, implementar sólo el primer módulo del proyecto RT Fase 2 y avanzar en la primera etapa de Rajo Inca de Salvador. En ese caso se postergaría la expansión de Andina”, señala Codelco.
El tercer escenario permitiría avanzar en todos los proyectos, con una capitalización total de US$3.945 millones, de los cuales US$1.976 millones corresponden a utilidades retenidas y US$1.969 millones en aportes nuevos o complementarios.
El calendario además incluye la salida al mercado todos los años por al menos US$2.000 millones, lo que sumado a lo anterior permitirá materializar el plan completo.
Fuente: Pulso