La meta es asegurar electricidad a precios competitivos y bajar costos en los yacimientos mineros, en especial Los Pelambres.
Si no puedes con ellos, únete. Esa parece ser la máxima que guió al grupo Luksic a entrar en el sector eléctrico: en los últimos cinco años suma inversiones por US$ 1.050 millones en la producción de 800 megawatts (MW), todo para garantizar energía eléctrica a su brazo minero Antofagasta Minerals. A través de esta empresa también el conglomerado apuesta a la energía geotérmica a través de Energía Andina (con la australiana Origin) y al carbón en Mulpún (con Carbon Energy).
A ello se suma su ingreso al negocio de distribución de combustibles a través de Enex, que se hizo por medio del holding industrial Quiñenco.
Nicolás Caussade, gerente de Energía de Antofagasta Minerals (Amsa), explica que buscan ampliar su presencia en el sector. Desde ya anuncia: “Estamos analizando otras alternativas en el ámbito de las renovables, en este caso en el ámbito solar, para reforzar nuestra matriz de suministro y seguir diversificándola”. En El Tesoro ya usan esta energía para procesos mineros.
El ejecutivo agrega: “Estamos atentos a lo que pueda pasar en el mercado del gas natural”, aunque no tienen ninguna iniciativa con este combustible.
“Lo que hacemos es ver qué energías son más competitivas y hoy se da una coyuntura donde aparentemente la energía solar puede lograr niveles de competitividad atractivos para consumos pequeños”, detalla Caussade.
Ejecutivos del grupo comentan que están viendo contratos para definir en los próximos meses el ingreso a un proyecto solar.
Al ingresar a empresas eléctricas, el clan de origen croata hace suyo un modelo que suelen usar las empresas japonesas, especialmente en la minería: para asegurar el suministro, entran como socio minoritario en grandes compañías.
Bien lo sabe el conglomerado, que desde siempre ha tenido socios nipones. El fallecido patriarca del grupo, Andrónico Luksic Abaroa, hizo uno de sus primeros y grandes negocios con un grupo de empresarios japoneses que, por un error de traducción, le compraron una mina en Antofagasta en 500 mil dólares cuando él estaba pidiendo solo 500 mil pesos. Eso pasó en los 50 y desde entonces las relaciones con los distintos grupos del país del Sol Naciente han sido estrechas. Hoy en Minera Centinela (Esperanza y El Tesoro) son socios con Marubeni, y en Los Pelambres sus partners son Mitsubishi y Nippon Mining.
Para que sigan Los Pelambres
La electricidad es el insumo que más pesa en el alza de costos de la industria minera. Debido al fin del suministro barato de gas argentino desde 2006, la energía subió a niveles sin precedentes -registró los US$ 203 por megawatts la hora como promedio anual en el Norte Grande en 2008- y muchas empresas, entre ellas Los Pelambres, el principal yacimiento de los Luksic, se quedaron sin contrato.
“Tras la finalización de un contrato de precio fijo favorable en 2012, Los Pelambres ha sido expuesta al precio spot , en un mercado donde no se están firmando acuerdos de energía indexados a valores de carbón o gas natural (y con ellos, más bajos en precios)”, explicó Antofagasta Minerals en su reporte de 2013.
Para mejorar la seguridad del abastecimiento, Los Pelambres invirtió en una de las mayores plantas de energía eólica en construcción en Chile, El Arrayán, en la IV Región. Con ello se aseguró que, a partir de este año, cuando inicie su operación en el segundo semestre, el 70% de la energía que genere este complejo eólico vaya a la minera, la que tendrá así garantizado un quinto de sus necesidades eléctricas por 20 años. Este proyecto, donde son socios con Pattern, requiere de US$ 300 millones en total.
El grupo también entró a la propiedad del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, de 530 MW, que demanda US$ 2 mil millones. “Como parte de esta inversión, se firmaron (con AES Gener) dos contratos a 20 años que parten desde 2015 y 2018 para proveer las necesidades energéticas actuales a precios competitivos y estables”, explica la compañía. Según explicó el presidente ejecutivo de Antofagasta, Diego Hernández, con estos últimos contratos Los Pelambres dejará de comprar energía a precio marginal en el mercado libre ( spot ), donde pueden superar los US$ 200 por MW/h, y tendrá un contrato que le permitirá bajar sus costos.
Para sus operaciones en el Norte Grande, la compañía entró en 2011 a la propiedad de la termoeléctrica Hornitos (167 MW). La central (60% propiedad de E-CL y 40% de Inversiones Punta de Rieles, del Grupo Antofagasta Plc), está en Mejillones y abastece las necesidades energéticas de Esperanza y El Tesoro, hoy agrupadas en Minera Centinela. En este proyecto eléctrico se desembolsaron en total US$ 400 millones.
Apuesta por geotermia y carbón
En energía geotérmica, el grupo sigue avanzando, pero con plazos un poco más extensos, revela Nicolás Caussade, también director de Energía Andina, donde el grupo Luksic tiene un 60% y un 40% la australiana Origin.
Son 12 proyectos geotérmicos que tiene esta compañía a lo largo del país y que pueden dar un potencial de 500 MW o más.
Mulpún, con Carbon Energy, es otro proyecto innovador porque genera gas a partir del carbón y con ello se activa una central de vapor. Suponía unos US$ 30 millones.
Nicolás Caussade cuenta que ahí se completaron una serie de estudios preliminares y “hoy estamos analizando qué hacer”, porque “es una tecnología más desafiante y tenemos que analizarlo con más cuidado antes de seguir adelante”.
Fuente: El Mercurio