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Telecomandos: la revolución de la minería

Actualidad
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Muchas veces las condiciones de los yacimientos mineros hacen muy difícil su explotación debido al riesgo que significaría para la fuerza de trabajo. Sin embargo, el uso de maquinaria sin operador ya está cambiando el escenario.

Los avances tecnológicos han permitido el boom de las redes informáticas y el surgimiento de un sinfín de dispositivos móviles. Sin embargo, la minería es una de las áreas que más enriquecida se ha visto a raíz de ello. Es que los robots, drones y uso de telecomandos promete revolucionar la industria y por qué no, hacerla más eficiente. Pero no se trata de una realidad que esté muy lejana de nuestro país. Por ejemplo, se contempla una inversión inicial cercana a los US$1.600 millones para el proyecto “Nuevo Nivel Mina El Teniente”.

Éste comenzaría su producción en 2017 y una de sus características es que cuenta con salas de control de operación minera remota, equipos telecomandados a distancia, trenes autónomos, circuitos cerrados de ventilación y sistemas de control de incendio de la mina monitoreados desde la ciudad, Operadores de palas y martillos manejarán sus máquinas sentados en el sillón de un centro operativo de Rancagua.

En materia de minería subterránea cupífera, El Teniente es la principal operación de este tipo en el mundo. Por esto, el objetivo de implementar todos estos avances es que el nuevo nivel de la mina sea útil durante los próximos 50 años. Sin embargo, la integración de telecomandos partió hace cerca de una década en nuestro país, con la implementación de martillos picadores.

La operación directa, en la que los mineros manejaban estos martillos desde una cabina instalada en las cámaras de picado, en un ambiente con alto nivel de polvo y ruido, dio paso a su administración desde la sala de telecomando de la mina, a 1 kilómetro de distancia de las cámaras de picado. ¿Qué soluciones tiene el telecomando? La tecnología de manejo a distancia va desde sistemas remotos, en que se implementa una réplica a distancia de la cabina de la máquina real, hasta una verdadera simulación de todo el ambiente externo que un operador vive dentro de la faena. Todo esto se logra con soluciones de video a escala real, en que el usuario tiene exactamente las mismas vistas y dimensiones que si estuviera en la cabina de la máquina, otorgándole perspectivas complementarias a su operación misma. “El telecomando consta en ubicar al operador de un sistema o maquinaria en un lugar lejano a la mina.

El objetivo de que no esté presente en el lugar real, pasa porque éste, puede tener un área de riesgo, produciendo posibles accidentes graves”, dice Sergio Boccardi, gerente de desarrollo de soluciones de Godelius, empresa del grupo Sigdo Koppers que se dedica a las soluciones mineras. Agrega además, que otro aspecto es que los procesos de estas máquinas son sucios, ya que es están en un ambiente con mucho ácido y gases en el ambiente. Incluso polvo que viene de tronaduras y que es dañino al respirarlo. Pero el uso de telecomando también tiene desventajas.

“El operador deja de sentir una cantidad de cosas que no están a la vista. Las vibraciones, los sonidos e incluso olores. Se trata de una serie de sensaciones que sólo puede tener estando en el lugar y no a distancia. Sin embargo, todos son factores previsibles. Pero con la mejor calidad de imágenes que se obtienen actualmente y calidad de vida del operador, él termina aprendiendo a sobrellevar esos temas y dejan de ser un problema”, afirma Boccardi. Así mismo, el ejecutivo cuenta que una de las principales barreras es la resistencia de las personas.

“Muchas están sometidas a una dualidad de sentimientos. Por un lado, todos se oponen a que cambien su modo de trabajo de 10 ó 15 años. Pero también tiene el beneficio de estar cómodo, con aire acondicionado, en salas donde comparten con compañeros. Por lo que se termina venciendo este miedo”, asegura Boccardi. Con una mirada más futurista, ya hay compañías que están invirtiendo en robots y drones que generarían un gran cambio y quién sabe, tal vez llegue el día en que las minas funcionen sin mineros dentro de ellas.

Fuente: Pulso