La Cámara Chilena de la Construcción y el Consejo Minero quieren establecer mesas de trabajo en cada proyecto minero para hacer más productivas las jornadas laborales.
Sólo cinco de 10 horas de trabajo efectivo admitieron realizar los contratistas mineros, según el estudio “Buenas prácticas en la construcción minera”, realizado por el Consejo Minero y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). A partir de un trabajo en terreno se logró identificar que los trabajadores en faenas de construcción o ampliación destinan la otra mitad de su jornada laboral a actividades como charlas de seguridad de “cinco minutos”, paralizaciones programadas, almuerzos, traslados y ocio, entre otros.
El informe, terminado en junio, fue realizado por la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la CChC en asociación con el Consejo Minero, en el marco de un acuerdo firmado en 2011 para avanzar hacia un modelo de gestión más eficiente y con visión de largo plazo, enfocado tanto en las empresas mandantes como en sus socias contratistas.
El análisis se centró en detectar los problemas de productividad que afectan a la fase de construcción de los proyectos mineros. Y la preocupación del gremio no es menor. En los últimos años, la industria extractiva ha mostrado una brusca caída en este indicador, en contraposición con el alza de ingresos de los trabajadores. De acuerdo con datos del Consejo Minero, entre 2006 y 2013 las remuneraciones en la industria subieron un 30% en promedio, mientras que la productividad cayó en casi la misma magnitud (ver infografía).
Impacto en costos
Para conocer en terreno la realidad, se analizaron seis proyectos mineros en construcción. El compendio de obras abarcó un abanico amplio de empresas, como la estatal Codelco y privadas internacionales, como Escondida. La conclusión fue clara: sólo el 49% de la jornada laboral termina siendo tiempo efectivo de trabajo; mientras que el 51% restante equivale a horas no utilizadas.
En el tiempo de trabajo efectivamente utilizado para ello, el 37% de las horas se dedica a actividades que agregan valor, como ejecución de actividades, preparación y movimiento de materiales en el puesto de trabajo; el 12% se destina a actividades de soporte, como, por ejemplo, distribución de materiales, de orden y aseo, e instrucciones durante la jornada. En el 51% restante del día no se genera valor: un 32% del tiempo se dedica a problemas de planificación o metodología y 19% del tiempo se “pierde” en detenciones autorizadas (ver infografía).
“El análisis es preocupante, porque si uno lo lleva a números, las cifras son relevantes”, señala Jorge Mas, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción. Añade que la industria minera destina al año unos US$ 10 mil millones en promedio en todo tipo de inversiones. De ese total, el 60% va a la construcción y, dentro de ese ítem, el 30% corresponde a mano de obra. “La conclusión es que el sector invierte al año US$ 1.800 millones en ese ítem. Es una cifra relevante si tomamos en cuenta que el 1% del PIB llega a unos US$ 2.500 millones”, enfatiza.
Para el líder de la construcción, el impacto de los problemas que afectan a la minería es relevante, sobre todo en este escenario de escaso crecimiento en el sector, con una expansión menor al 1% entre 2014 y 2015.
La minería es uno de los principales clientes de la construcción. Sólo en el gremio que dirige Mas, del 80% de toda la inversión privada que realizan las empresas socias de la CChC, el 60% corresponde a inversiones relacionadas directamente con la minería.
Cambio cultural
Por eso, ambos gremios firmarán un protocolo que consiste en establecer mesas de trabajo en cada proyecto minero, donde estén presentes las empresas mandante, contratista y constructora. En esta instancia se deberán analizar de manera constante los indicadores de productividad que se establecen por contrato para cumplirlo, o bien, irlos mejorando.
Con ello, explica Jorge Mas, se pretende elevar a 60% el tiempo efectivo de trabajo en la jornada laboral hacia 2020, lo que implicará pasar de cinco a seis horas efectivamente trabajadas. “Con esta medida se espera poder reducir el costo en mano de obra en US$ 300 millones al año”, explica el dirigente gremial.
También, aunque no fue lo que midió el estudio, se podrán mejorar los tiempos estimados para la construcción, explica Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero. El ejecutivo señala que en la actualidad, pese a la escasez de proyectos que afecta a la industria minera, se han instalado las nuevas mesas de trabajo. Añade que, sin embargo, para que los resultados comiencen a notarse, es necesario darle un tiempo de maduración, porque se trata de un cambio cultural. “La industria minera ha estado resentida en el último tiempo y una de las formas de comprobarlo es que hoy no hay proyectos nuevos en construcción. Esto nos da tiempo para planificar, pensar y empezar a desarrollar proyectos piloto con este nuevo protocolo, de tal manera que cuando empiecen a desarrollarse los nuevos proyectos, que esperamos ocurra en el mediano plazo, tengamos una buena práctica para mejorar la productividad”, señala.
Normativa
Pero no toda la pérdida de productividad está relacionada con las personas. “Uno de los problemas de pérdida de competitividad se debe al marco regulatorio y esa es una señal muy potente que tiene que tener clara el gobierno”, enfatiza Villarino.
El ejecutivo detalla que la normativa laboral ha ido rigidizando la relación de los trabajadores con la empresa en las faenas. “Hoy, las empresas no tienen libertad contractual total para tratar temas como la flexibilidad laboral o modificar la jornada de turnos con los trabajadores”, señala.
Agrega que la actual reforma laboral, que se está tramitando en el Congreso, establece aún más restricciones. “La crítica que hacemos va en ese camino. En nuestro caso es más preocupante, pues en el sector minero existen sindicatos bien organizados, donde se han construido relaciones sólidas. La lógica es que el gobierno confíe en los trabajadores, porque ellos tienen una capacidad negociadora real y los trabajadores están dispuestos a hacer algunas flexibilizaciones en su jornada laboral”, explica.
Jorge Mas enfatiza que el país requiere que el gobierno entienda la importancia que tienen estos problemas en la industria que mayor volumen de recursos invierte en el país. “Una mala legislación laboral le pega directamente a la productividad”, enfatiza Villarino.
Fuente: La Tercera