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Mineras piden estudios para depositar relaves en el mar

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La zona central cuenta con el 15% de las reservas mundiales de cobre pero prácticamente no existe terreno donde dejar los residuos que produce esta industria.

Como una medida imprescindible para el desarrollo del potencial minero entre las regiones IV y la VI, incluyendo la Metropolitana. Así definió Diego Hernández, vicepresidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) la necesidad de abordar desde una mirada técnica la alternativa de depositar en el fondo marino los desechos de la minería, conocidos como relaves.

La Comisión de Medioambiente y Bienes Nacionales del Senado donde se discute el proyecto que prohíbe los desechos mineros en el mar (ver recuadro), el ejecutivo pidió que se realicen estudios técnicos con la participación de todos los actores, que permitan reflejar el real impacto que tendría esta medida. Esto porque tal acción es clave para el desarrollo minero de los próximos 35 años. Hoy la zona central presenta escasas alternativas en tierra para los desperdicios del potencial minero existente y que concentra el 50% de los recursos de cobre del país.

"Es indispensable el desarrollo de un programa científico del más alto nivel, que permita a todos los sectores interesados conocer y formarse una opinión respecto de la viabilidad de la disposición de relaves mineros en el mar profundo y bajo qué condiciones esto podría ser posible", precisó Hernández ante los legisladores.

Más del doble del PIB

Y es que buscar nuevas soluciones para los tranques de relaves es uno de los desafíos de la minería central ya que el desarrollo del potencial minero de esa zona depende, en parte, de que se despeje esta incógnita. Las reservas de cobre de estas cuatro regiones ascienden a 105 millones de toneladas métricas de cobre fino, es decir el 15% de las reservas mundiales.

Hernández precisó ante la Comisión que los ingresos del fisco provenientes de la explotación de este mineral ascenderían a US$ 165 mil millones, considerando como base el promedio aportado por la minería en la década 2004-2013, esto es 2,5 veces el PIB chileno en 2014. Para Carlos Gajardo, gerente de medioambiente de Sonami, es necesario abordar esta temática desde una mirada país ya que de ello depende el desarrollo de la minería. "No tenemos más tierra, lo que no debiera hacerse es sacrificar de antemano posibilidades de desarrollo de este país sin una base científica, que diga en realidad que esto no se puede echar al mar y tampoco hay lugares donde echarlo y por tanto, no vamos a poder desarrollar la minería de la zona central", explicó.

Los opositores

Una industria que no ve con buenos ojos esta alternativa es la pesquera. Esto porque asegura que el botar los residuos en el mar traería efectos dañinos para el recurso y las especies marinas.

Francisco Orrego, presidente de la Sociedad Nacional de Pesca, rechazó que se vea al mar como una alternativa para el depósito de estos desechos. "Este es un tema de la mayor relevancia para el sector pesquero industrial y artesanal, pues las eventuales consecuencias negativas de estos vertimientos nos afectan a todos por igual. Aunque reconocemos la importancia de la minería para el desarrollo del país, como gremio estamos absolutamente en contra de la existencia de relaves mineros porque sus consecuencias son irreversibles", precisó.

El subsecretario de Pesca Raúl Súnico también rechazó esta opción. Aseguró ante la comisión del Senado que el gobierno no impulsará este debate en organismos internacionales. Esto porque desde el gobierno anterior Chile lidera un trabajo en el marco del Protocolo y Convenio de Londres y la Organización Marítima Internacional (OMI) para recopilar información de los impactos de los relaves en el mar. "Es inoportuno liderar este tipo de grupos toda vez que Chile se encuentra en medio de una discusión. Por lo mismo, este gobierno ha tomado la decisión de dejar dicha coordinación en la próxima reunión de la OMI de octubre", dijo. Para Alex Muñoz, director ejecutivo de la ONG Oceana, el proyecto de ley es clave para evitar que las mineras ocupen el mar como un depósito. "Sabemos que están mirando al mar para arrojar los relaves en el futuro y esto se debe a que las grandes reservas de cobre están ubicadas en la zona central, donde ya no queda espacio para poner relaves en tierra y hay una alta conflictividad con las comunidades. Por eso, hemos impulsado este proyecto (para prohibir los desechos) porque traería graves consecuencias para el ecosistema marino, la pesca artesanal e industrial y la salud de las personas", explicó.

Fuente: Diario Financiero