El polvo en faenas mineras es inherente al desarrollo de la actividad minera y directamente asociado al movimiento de tierra.
Ramón Rada, director del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile realizó la presentación bajó el nombre de “Control de Material Particulado. Un desafío constante para la minería”.
El polvo es una amenaza real para el desarrollo de proyectos mineros. Su tratamiento es tan sensible como la escasez de agua o el costo de la energía, por el hecho de tener un impacto directo sobre la productividad, al ser una causa que podría determinar la continuidad operacional de la mina.
El material particulado o polvo en faenas mineras es inherente al desarrollo de la actividad minera y directamente asociado al movimiento de tierra. Los supresores de polvo son sustancias de diferentes propiedades físico químicas que se utilizan para prevenir, suprimir, abatir o mitigar el polvo en suspensión y material particulado presente en áreas de operaciones de la mina.
En materia de control de polvo los desafíos son claros. “Primero, hay que olvidarse que el agua es una solución. El agua es parte del problema. Mientras más abundante el agua y mayor tamaño de la gota de agua, más difícil es controlar el polvo y menor la penetración sobre la superficie a humectar. Segundo, hay que invertir en la estructura de generación de polvo para prevenir la generación, más que mitigar sus impactos. En correas, chancador y/o caminos: Gastar en mitigar efectos negativos es más costoso que prevenirlo. Tercero, el enfoque es de responsabilidad social comunitaria”, aseguró Ramón Rada.
La decisión de suprimir o prevenir la generación de polvo determinará el plan de acción. “El agua es más eficiente donde el tránsito vehicular es limitado, sin embargo, es un bien escaso en la industria minera. La supresión del material particulado es por peso y aglomeración, donde hay mayor efecto visual en el control de polvo. El agua no sella ni encapsula las partículas de polvo”, afirmó el director del IIMCh.
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