El directivo afirma que Codelco vale mucho más que lo que han señalado algunos cálculos privados, que se debe avanzar en que las mineras privadas compartan sus ganancias -"que les cayó del cielo", sostiene- y que se ha corrido un riesgo en tirar al mismo tiempo todas las reformas.
Fue director de Presupuestos, ministro Secretario General de la Presidencia, presidente ejecutivo de Codelco. Con la autoridad que da toda esa experiencia, Juan Villarzú plantea varias cosas: que Codelco vale mucho más que lo que han señalado algunos cálculos privados, que se debe avanzar en que las mineras privadas compartan sus ganancias -“que les cayó del cielo”, sostiene- y que se ha corrido un riesgo en tirar al mismo tiempo todas las reformas que plantea el actual gobierno.
La semana pasada se dio a conocer un cálculo de Sanford C. Bernstein, que estimaba el valor de Codelco en US$20 mil millones. Por el contrario, la empresa calculó US$50 mil millones. ¿Cuánto vale la minera estatal?
La empresa vale entre US$50 mil y US$70 mil millones.
¿Bajo qué supuestos?
Supone que Codelco tiene un flujo constante de ingresos. Yo calculé con precios constantes de largo plazo en torno a US$3,5 por libra, con un margen operacional neto, es decir, ingresos menos costos, de entre 35% y 40%. Incluso se puede trabajar con un margen de 50% porque da. Históricamente, e independiente de la variación del precio, el margen es relativamente constante. En el caso de Codelco, ha sido un promedio de los últimos años de 40%. En Escondida, por ejemplo, ha llegado a 60%. Yo calculé una vida útil de 30 años, pero Codelco tiene reservas para mucho más que eso. En el informe de Commerzbank se señala que la valorización de Codelco tiene una tasa de descuento muy baja. Yo apliqué 10%, que me parece bastante alta.
Usted encargó una valorización a Goldman Sachs. ¿Se puede actualizar ese cálculo?
Claro. Y hoy sería mucho más. Goldman Sachs hace, en 2005, una valorización que da US$27 mil millones, pero con un precio de largo plazo de US$1 por libra.
¿No influye el alza de costos?
Lo que pasa es que eso es cíclico. Cuando viene el boom detrás vienen los costos. Luego viene el apretón y también detrás de eso viene una baja de costos. Eso está pasando ahora. Por eso el margen viene siendo relativamente constante. Esta es una industria muy cíclica. Antes el ciclo estaba en torno a US$1 por libra, pero ahora es en torno a US$3.
¿No es muy optimista ese cálculo?
Yo creo que no. Hay muchos analistas que dicen que el precio va a estar en torno a US$3 por libra. En Chile yo he sido el único que he venido diciendo que el cobre no va a bajar de US$3; hasta ahora he tenido razón. La irrupción de China desplazó la curva de demanda y cambió los fundamentos del mercado. Eso fue lo que nos pasó con Minmetals y las fijaciones de precio.
¿No se previó que venía este boom de demanda china cuando se realizó el acuerdo con Minmetals?
Cuando hicimos esa operación los precios venían subiendo, tanto los spot como los precios de futuro. Todos los análisis decían que venía un peak, por allá por 2006 a 2007, y luego bajaba al precio de largo plazo. Todas las estimaciones de los analistas mostraban que los precios bajaban, convergiendo hacia US$1 por libra. Lo que pasa es que nadie se dio cuenta que había pasado algo raro en el mercado, que era la irrupción de China, que hizo que el ciclo se desplazara. Con eso creo que lo que se va a tener ahora es una franja en que el precio se va a mover desde un piso de US$3 por libra y que puede llegar a US$4. Va a estar ahí, moviéndose ahí.
¿Eso va a durar mucho?
Una buena cantidad de años. Tiene para rato. Además, no hay capacidad para aumentar la oferta de manera tan rápida.
Hoy, que nuevamente está en agenda el acuerdo con Minmetals, se ha criticado lo extenso de las fijaciones de precio y el mismo hecho de que Codelco realizara esas operaciones.
Las fijaciones de precio fueron a 5 años. Si uno compara todas las grandes mineras, Codelco ha cubierto sólo el 10% de su producción. Otras mineras llegan hasta el 80%.
¿Esa cifra va bajando, a medida que van venciendo los contratos de largo plazo?
No. Lo que pasa es que Codelco no vende a futuro ni sin tener físico, pero el hedge es una herramienta comercial que se utiliza mucho, incluso en Codelco. Son distintas políticas y hay muchas alternativas financieras de cobertura, de manera de que el precio esté fijado y haya algún resguardo. Codelco tiene muchos movimientos y este tipo de operaciones le genera bastante plata. No se trata de operaciones especulativas, todas las empresas lo hacen. Vale, por ejemplo, tiene de 80% de su producción cubierta.
¿Ganó Minmetals con esta operación?
Minmetals hizo lo mismo que nosotros: pagarle a los bancos. Íbamos juntos. Ellos no estaban esperando la ganancia de precio. Alguien podría decir que ellos que están en China podrían anticipar el alza de precio. Pero ellos hicieron una operación que significó menor ingreso. Entonces, la evidencia es tan clara…
¿Ellos no querían hacerse una pasada con el precio?
Era una lógica distinta, había un negocio con Codelco de largo plazo. Por eso digo que lo de Minmetals era totalmente distinto.
¿Fue una alternativa ante la baja capitalización?
Gaby, por ejemplo, era un proyecto de reposición. Si la fórmula hubiese sido exitosa, podría haberse aplicado para toda la cartera de proyectos estructurales de Codelco. Si usted la mira en base al contrato, a precios normales, habría sido un negocio espectacular para Codelco. Un buen negocio. Ellos nos pasaron US$550 millones en cash.
¿Eso permitió construir Gaby?
Había operaciones paralelas, uno no dice que esto es para tal cosa. Nosotros no estábamos obligados a invertir esa plata en Gaby. El punto es el siguiente: hubo que tomar la decisión de construir o no Gaby. La mina, a un precio de US$0,9 por libra, no flotaba. Entonces, para mejorar los números de Gaby se planteó vender los primeros cinco años a futuro a US$1,38 y con eso el proyecto Gaby sí daba. El verdadero costo era qué iba a pasar si no lo hacíamos. Eso se puede cuantificar en US$3.600 millones a favor de Codelco.
¿Fue negocio finalmente, pese a todo?
La opción que se da no es real, porque Gaby no se hacía sin esa cobertura, no es real, no existía tal opción. Es un tema relevante.
Luego de su administración la empresa entra en una espiral de endeudamiento. ¿Eso podría haberse evitado? Hoy se llegó a un punto que si no había capitalización no podría haberse desarrollado una cartera de proyectos que son bien atractivos desde el punto de vista minero.
Se podría, pero echas a perder la clasificación de riesgo. Eso es parte de una discusión que en Codelco tiene que materializarse. La operación de Minmetals fue por eso, porque permitía reconocer esa plata como un activo, no como un pasivo. No afectaba los índices financieros. Esa fue la lógica y el objetivo de la operación con Minmetals.
¿Faltó decisión política de parte del Estado?
La historia de Codelco es una historia de tensión permanente entre Codelco y el Ministerio de Hacienda. Eso es muy simple, porque Hacienda tiene una mirada de corto plazo y está preparando el presupuesto del año siguiente. Y son reacios a comprometer fondos a futuro. Por eso el reciente anuncio de capitalización es trascendente. Es primera vez que se otorga una capitalización de mediano plazo. Codelco iba cuesta abajo y este anuncio, sumado al nombramiento de Nelson Pizarro, cambia ese panorama negro.
¿Estos recursos podrían haber llegado antes y haber permitido a Codelco haber desarrollado antes los proyectos estructurales?
Los proyectos estaban listos o bastante avanzados.
¿O sea, sólo por un tema de falta de recursos no se desarrollaron?
Nosotros entramos el 94 y salimos en 2006. Yo cuento el período de Marcos Lima porque era mi brazo derecho y la política y el equipo se mantuvieron. Hubo un solo diseño estratégico por varios años. Fue una época de crecimiento. Nosotros recibimos a Codelco con una producción de 1,2 millón de toneladas y la entregamos con 1,75 millón de toneladas. A eso hay que sumar los proyectos de reposición que se desarrollaron. Fue el período de mayor crecimiento de la producción de Codelco.
De alguna manera, esa estrategia no fue compartida por el equipo que nos sucedió, de José Pablo Arellano, que fue más conservadora. Arellano dijo en 2008 que se había acabado el súper ciclo, por una caída de 3 o 4 meses que después se reactivó. Ellos pusieron los frenos y luego los pilló la máquina.
Podría haber sido mayor el crecimiento si se hubiera comprado Los Bronces. Bajo su administración se abrió una opción muy atractiva.
Claro. Yo sería hoy día héroe nacional.
¿Hay alguna autocrítica por no haber podido convencer a Hacienda de lo que había que hacer?
Vuelvo a lo mismo, a la historia de tensión con Hacienda. Desde el gobierno militar, los equipos de Hacienda siempre han usado en parte su poder para presionar para privatizar o que se reduzcan los costos. Hacienda trabaja fijando un precio referencial del cobre y Hacienda a ese precio debe descontarle los costos. Lo que fija es un margen. Si sube el precio de mercado, eso no cambia el precio que recibe Hacienda, porque los excedentes se van a los fondos soberanos. Pero a Codelco, si sube el precio, se le abren otros negocios o proyectos que no estaban contemplados al precio original, porque para la empresa lo importante es el precio de mercado. Entonces, Codelco le dice a Hacienda ‘vamos a hacer todas estas cosas’, pero Hacienda piensa que esas cosas van a aumentar los costos. Entonces lo esquiva.
¿Usted es partidario de usar los fondos soberanos para capitalizar Codelco?
Si son utilidades generadas por Codelco. En Codelco podrían rentar mucho más. Al final del día es el mismo bolsillo. Yo creo que la reforma educacional podría haberse financiado con un fondo especial proveniente de los excedentes del cobre. Yo pienso que las compañías privadas generan una renta económica que no les corresponde. Las empresas de la gran minería del cobre están ganando una plata que no se la soñaron nunca, justamente por los cambios de los precios. No es por mejor gestión. Les cayó del cielo. Entonces, ¿Por qué se van a llevar ellos todo lo que cayó del cielo, si resulta que el cobre es chileno? Lo lógico es que eso lo repartas. No les quites, déjalos que ganen plata, pero que sea equitativo. Eso está en todos los textos de economía. En Chicago, en todas partes. Pero si hiciéramos eso recaudaríamos mucho más que los US$8.000 millones de la reforma y no habríamos tocado el sistema tributario.
Fuente: Pulso