Informe de la entidad de Gobierno, que en 2013 estimó proyectos por US$112 mil millones, está atrasado desde hace meses. En la entidad admiten que viene con bajón.
En ese entonces los temas eran la inédita demanda de personal que esto generaría, de la necesidad de ampliar el número de empresas desarrolladoras de proyectos y de los efectos para la economía que esta cartera de inversión tendría.
Sin embargo, durante los meses que siguieron a ese anuncio el panorama varió radicalmente. El cobre bajó, la economía se estancó y varias de las empresas finalmente declinaron llevar a cabo los proyectos.
La figura usada es la de la postergación de proyectos. En esa condición están, por ejemplo, proyectos como Cerro Casale (Barrick), la expansión a 1 millón de toneladas anuales de Collahuasi, la gran expansión de Los Pelambres y el proyecto brownfield Relincho, de la canadiense Teck. Se trata de iniciativas que siguen estando ahí, pero en las que por ahora no se avanzará.
Las empresas han asumido resguardos, pues hoy trabajan con estimaciones de precio del cobre más cerca de los US$3 por libra que de los US$4 por libra, lo que incluso ha llevado a varias de ellas a recortar personal.
El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) Alberto Salas, reconoció que la cartera actual de proyectos es de cerca de US$50 mil millones, pero advierte que las iniciativas postergadas no desaparecieron del todo.
“Esos proyectos siguen estando ahí, disponibles para cuando las empresas estimen que están dadas las condiciones para retomarlo”, señaló Salas.
Fuentes de la Comisión Chilena del Cobre aseguraron que están afinando los últimos detalles del catastro de inversión minera, pero se reconoce que viene con un descenso, aunque no precisan la magnitud del ajuste.
Otro catastro es el que lleva el Consejo Minero. La entidad estima que los proyectos en ejecución (ver tabla) alcanzan los US$19.566 millones, con iniciativas como Sierra Gorda, Nuevo Nivel Mina El Teniente y otras. En tanto, la cartera en evaluación suma US$45.318 millones, aunque entre los proyectos que la integran figuran iniciativas hoy en “punto muerto”, como Relincho de Teck y Casale de Barrick. Este catastro incorpora unicamente a las empresas que integran el Consejo Minero.
Ya en su anterior informe Cochilco advertía que el panorama podía variar. “Este pronóstico de inversión está siempre sujeto a cambios posteriores, más aún por la naturaleza del negocio minero (..) los proyectos que se encuentran en fases iniciales de estudios, cuentan información básica con grados de incertidumbres para las empresas inversionistas”, se señaló.
Fuente: Pulso