Ocho mujeres que entusiasmadas siguieron el curso de “Mantención eléctrica de planta” del Proyecto “Mujer Minera” impulsado por el Ministerio del Trabajo y SENCE buscan hoy un puesto laboral en la minería. Fueron recibidas por Presidente del IIMCh, Leopoldo Contreras.
Un grupo de mujeres chilenas que soñaron con trabajar en actividades mineras, continúan esperando la oportunidad laboral que buscaban obtener cuando se matricularon en el programa estatal “Mujer Minera”.
La situación las llevó a acercarse a la sede del Instituto de Ingenieros de Mina de Chile, IIMCH, para dar conocer su problemática y tener una orientación que las encamine hacia sus objetivos.
Las afectadas son ocho madres de familia de distintas comunas del Área Metropolitana que se incorporaron el año pasado al Programa “Mujer Minera”, creado por el Ministerio del Trabajo junto con el Servicio de Capacitación y Empleo, SENCE. Relataron que tras cuatro meses de intensa capacitación terminaron el curso de especialidad de Mantención Eléctrica de Planta, dictado por INACAP. Llevan ocho meses buscando trabajo especializado y lograr así que sus esfuerzos se vean coronados por una oportunidad laboral.
Voluntad de acción
Fueron recibidas por el Presidente del IIMCh, Leopoldo Contreras, quien luego de oír sus demandas, les hizo notar lo importante que representa para sus vidas esta instrucción laboral. Les propuso que no solo tuvieran en vista la posibilidad de trabajar en la gran minería, sino también en la mediana y pequeña minería o en empresas de servicio, donde podrían encontrar un espacio para ejercer su trabajo: “El gran mérito de ustedes es su voluntad de acción” les dijo, tras conocer algunas de la historias que relataron en la oportunidad.
El grupo está constituido por mujeres de entre 26 y 45 años de edad, algunas casadas, otras solteras y separadas. La mayoría son jefas de hogar y con hijos pequeños. Ellas son Evelyn Chávez, Paula Contreras, Emerita Soto, Leila Rubio, Marcela Osorio, Tamara Montero, Jenny González y Lorena Koming.
Jenny cuenta que cuando supieron de este curso, muchas mujeres se entusiasmaron, porque fue lanzado como un Plan Pionero del gobierno, a cargo del Ministerio del trabajo: “nos hablaron de sueldos altos, porque el curso iba de la mano de grandes compañías mineras. Se nos señaló que éstas necesitaban personal calificado en este tipo de labores. Sin embargo, una vez que egresamos, nadie nos necesitó” explican.
Emerita Soto, agrega que en su caso, tiene tres hijos y actualmente está cesante. Su gran anhelo es ser una mujer minera, de allí que al conocer este programa sintió que al fin llegaba la oportunidad de su vida. “Siempre he querido andar con bototos, con un buen casco y trabajar en los cerros, no me importa el sistema de turnos, ni el sacrificio que involucra este oficio. Quise ser ingeniera de minas, pero no tuve los recursos para estudiar la carrera. Sin embargo quiero crecer como persona, tener capacitación y pertenecer a un grupo de expertos”.
“La mujer hoy puede entrar a cualquier área laboral, pues las cosas han cambiado en Chile” añade por su parte Evelyn Chávez, quien estudió mecánica automotriz cuando tenía 16 años, por eso considera que “que las compañías mineras tampoco debería tener restricciones para recibirnos, porque estamos capacitadas para desarrollarnos en cualquier ámbito”.
Con la ilusión de mejorar su estándar de vida varias de ellas abandonaron sus trabajos anteriores, para cumplir con las exigencias del curso, que incluyó un horario reglamentario de 250 horas de clases en, cuatro meses, a los cuales debían asistir dos veces a la semana y durante todo el día. “En ningún trabajo nos iban a admitir faltar dos días a la semana” subrayaron al hacer su denuncia.
No se cumplieron las expectativas
La gran frustración de estas mujeres fue comprobar que las expectativas que les ofreció el programa, no se cumplieron. Recuerdan que el proyecto “Mujer Minera” fue difundido por la propia Ministra del Trabajo través de varios medios de comunicación donde se dijo que el curso ayudaría a las mujeres a sacar adelante a sus familias y a desarrollarse. Asimismo a mejorar sus competencias laborales y tener facilidad para acceder un empleo o actividad productiva relacionada con la minería.
Tamara Montero, quien alcanzó a cursar tercer año de arquitectura, carrera que no terminó con la llegada de sus hijos, sostiene que cuando se hizo la publicidad al programa estatal, “se nos habló que éste nos iba a dejar con práctica e inserción laboral. Se hizo mucha publicidad, nos hablaron que Íbamos a ser las pioneras en este proyecto piloto y que prácticamente las empresas mineras nos iban a pelear, porque era una necesidad para estas” aseveró.
Marcela Osorio, relata su experiencia: “Nos titulamos en noviembre de 2012. Con la idea de encontrar trabajo viajé en febrero de este año a Antofagasta. Llevé el curriculum de algunas de mis compañeras. Durante varios días recorrí todo Antofagasta, norte, sur y centro de la ciudad. Caminé muchas horas, dormí y comí mal. Golpee muchas puertas y visité varias mineras, entre ellas Zaldívar, El Tesoro, Anglo American y Mantos Blancos. Me miraban como diciendo ¡qué raro! , yo les decía que fui alumna del proyecto ‘MUJER MINERA’ y ninguno de los ejecutivos lo conocían”.
Han sido tenaces en querer hacer valer sus derechos, siguiendo los distintos caminos para formular sus denuncias, pero sienten que no son escuchadas. “Hemos actuado con bastante prudencia, enviando cartas y solicitudes de audiencia a las autoridades, pero nos hemos logrado el resultado que esperamos” recalcan las jóvenes trabajadoras.
No obstante, hacen hincapié en la buena disposición mostrada por el director regional del Sence, Vicente Caselli: “El nos recibió y nos explicó que esta entidad envió cartas a los gerentes de varias mineras con el fin de que seamos contratadas por las empresas del sector, pero que a pesar de su ánimo por apoyarnos recibió una respuesta negativa de las compañías mineras a las que acudió”.
Solo Una oportunidad
El grupo de mujeres admite que este curso les puede abrir nuevas expectativas laborales para desarrollarse en distintas áreas que no sean directamente las mineras. “Nos conformamos al menos con una práctica para demostrar que si somos capaces y que podemos aprovechar los conocimientos que adquirimos en Inacap”, afirman.
De allí que durante su visita al IIMCH , el grupo femenino formuló un llamado a aquellas empresas del rubro minero que puedan interesarse en ellas, aunque al comienzo sea solo como aprendices en la especialidad en mantención eléctrica de planta: “queremos una oportunidad para alcanzar la experiencia necesaria” enfatizan.
A pesar de que a hasta la fecha no han logrado su objetivo, las ocho mujeres que visitaron al Instituto de Ingenieros de Mina aseveraron que seguirán unidas y perseverando hasta convertirse en la mujer minera que soñaron.