Por Gastón Fernández Montero, Presidente de la Corporación Nanominería de Chile
La minería chilena, que ocupa un liderazgo mundial en diferentes aspectos, está recibiendo un nuevo componente que provocará, sin duda alguna, trascendentales cambios.
Se trata del hidrógeno. Es el primer elemento de la tabla periódica, masa atómica 1,007 y símbolo H, es un gas insípido, incoloro, inodoro y muy reactivo que se halla en todos los componentes de la materia viva y en muchos minerales, siendo el elemento más abundante en el universo. En condiciones normales se encuentra en estado gaseoso Fundamentalmente es un componente del agua (H2O).
El visionario Julio Verne, hace más de 148 años, nos habló del Hidrógeno, en su novela “La Isla Misteriosa” (1875): ¿qué se va a quemar en lugar de carbón ?: Agua.
“El agua descompuesta en sus elementos por la electricidad, se empleará algún día como combustible,” anunciaba, aludiendo a lo que hoy conocemos como hidrógeno verde.
Aún no hemos conseguido convertir en realidad esa premonición, los combustibles fósiles siguen formando parte de nuestra vida diaria y en nuestro país soportamos la pesada carga importando y quemando, anualmente, US$21.958 millones de dólares en combustibles fósiles importados. Eso fue lo que sucedió en el año 2022.
Como elemento químico, el hidrógeno se utiliza como materia prima para fabricar amoniaco y fertilizantes.
Precisamente, el hidrógeno, como componente del amoniaco, le jugó una mala pasada al país a principios del siglo XX, cuando el mundo se conmovió por la Primera Guerra Mundial. A raíz de ella, se obligó a Chile a suspender los embarques de salitre a Alemania. La reacción no se dejó esperar, y dos distinguidos científicos de ese país, Fritz Haber y Carl Bosch, descubrieron el salitre sintético.
Mucho podríamos seguir hablando del hidrógeno, de cómo se obtiene, los diferentes tipos que existen, de sus usos y características etc., etc., pero debemos circunscribirnos para este análisis a sólo al hidrógeno verde (HV) o también conocido como hidrógeno renovable, es decir, aquel producido a partir de fuentes de energías renovables y con bajas (o nulas) emisiones contaminantes asociadas.
El principal método industrial para producirlo es por medio de la electrólisis del agua en un dispositivo electroquímico denominado electrolizador.
Gobiernos e Instituciones de todo el mundo se están comprometiendo a alcanzar la neutralidad en emisiones en el menor tiempo posible.
En ese contexto, el H2V se perfila como un gran aliado para poder lograr esa meta, sobre todo, teniendo en cuenta el acuciante empuje que origina el cambio climático.
Volviendo a este elemento químico y vector energético- el más abundante en el universo, debemos decir que no se encuentra puro en la naturaleza, por lo tanto, se tiene que generar a partir de diferentes fuentes (convencionales y no convencionales) y métodos, cuyo impacto ambiental dependerá del tipo de fuente. Destacamos que es ligero, almacenable, denso en energía y no genera en sí emisiones directas de contaminantes.
Pero no todo el hidrógeno es sostenible, por eso nos referiremos al que nos interesa, al que está haciendo la revolución energética al hidrógeno verde, un combustible limpio, 100% renovable, capaz de sustituir a los combustibles fósiles en aquellos sectores difíciles de descarbonizar.
En el sector minero y metalúrgico nacional se ha iniciado su incursión paulatina. Para ello se ha ido avanzando en lo normativo a través de dos organismos públicos: el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).
El Sernageomin, mediante el Decreto Supremo N° 132 de 2002, del Ministerio de Minería, que fija el texto refundido y sistematizado del Reglamento de Seguridad Minera, establece el marco regulatorio general al que deben someterse las faenas de la industria extractiva minera nacional. Este cuerpo jurídico no contempló al hidrógeno entre los combustibles regulados. Para suplir lo cual, en esta etapa de prueba donde se está ganando experiencia que permita incorporarlo a la normativa permanente, puso en vigencia la “Guía de Implementación de Pilotos y Validación de Tecnologías que Utilizan Hidrógeno como Combustible en Minería”.
La SEC, por su parte, está actuando coordinadamente con el Sernageomin, en esta materia.
El área minero-metalúrgica nacional cuenta con la valiosa colaboración de un nuevo aliado que, ahora “vestido de verde”, contribuirá a superar la pesada carga de los combustibles fósiles que tan caros nos han costado.
La dolorosa mala pasada del salitre sintético hoy queda superada con el retorno de este vector energético que abre auspicioso horizonte, en un país deficitario en combustibles fósiles como el nuestro, pero privilegiado en energías renovables, tales como las solares y eólicas.
Hidrógeno Verde y su aplicación a la minería y metalurgia
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