Al proyecto INCO se suman dos iniciativas que permitirán introducir mejoras en la gestión y ampliar la vida útil de Minera Los Pelambres, las cuales se enmarcan en una visión de desarrollo de largo plazo denominada “Los Pelambres Futuro”.
Corría 1914 cuando William Braden efectuó las primeras exploraciones para dar con el yacimiento Los Pelambres. Sin embargo, las difíciles condiciones climáticas y el escaso desarrollo vial del mismo, determinaron que no se desarrollaran trabajos hasta más de medio siglo después.
Hoy, a 21 años desde su inauguración, la mina Los Pelambres, perteneciente a la compañía Antofagasta Minerals, se prepara para dar un nuevo salto.
Operar más allá del año 2035 a través de importantes proyectos es la apuesta de la firma. Iniciativas que se enmarcan en una visión de largo plazo que la compañía ha denominado “Los Pelambres Futuro”, con la que busca alcanzar un mejor desempeño gracias al uso de agua de mar desalada y energías renovables durante los próximos años.
El primer paso de Los Pelambres Futuro lo constituye el Proyecto de Infraestructura Complementaria (INCO), el cual a marzo de este año ya contaba con más de un 40% de avance en su construcción y que, entre otras obras, considera la construcción de la primera planta desalinizadora que comenzará a operar en la zona central de Chile.
“Gracias a este proyecto, Los Pelambres será la primera compañía minera de la zona central que empleará agua de mar para producir cobre. Este es el primer paso en una visión de futuro de la compañía, donde uno de nuestros principales objetivos es dejar de usar agua del río Choapa”, explicó Mauricio Larraín, gerente general de Minera Los Pelambres, mediante un comunicado de prensa.
Con una inversión de poco más de US$1.700 millones, el proyecto que podría entrar en producción en la primera mitad del 2022, consiste en reforzar la capacidad de procesamiento de mineral mediante la instalación de una nueva línea de molienda y una nueva línea de flotación.
Gracias a la nueva infraestructura se espera aumentar cerca del 15% la producción anual, lo que equivale aproximadamente a 60.000 toneladas de cobre fino por año, y de esta forma hacer frente a la mayor dureza del mineral.
Cabe recordar que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto fue aprobado en febrero de 2018 por unanimidad de la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo. Esto luego de haber sido ingresado a tramitación al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en junio de 2016.
El proceso incluyó una participación ciudadana anticipada en las comunas de Salamanca y Los Vilos, la participación de más de cien profesionales, y veinte empresas de diversos ámbitos.
La iniciativa también busca aportar al desarrollo económico y social de la provincia de Choapa, implementando distintas medidas y compromisos.
De esta forma, el proyecto cuenta con aproximadamente el 30% de contratación de mano de obra de la Región de Coquimbo, focalizado principalmente en trabajadores y trabajadoras de la provincia de Choapa, mientras que hasta el momento se han establecido relaciones comerciales con más de 355 proveedores locales.
PAO, a paso firme
Al proyecto INCO se suman dos iniciativas que permitirán introducir mejoras en la gestión y ampliar la vida útil de la minera. Estas son el proyecto PAO y extensión vida útil.
Recientemente el Servicio de Evaluación Ambiental declaró admisible el Proyecto de Adaptación Operacional (PAO) presentado por la minera, el que considera ampliar la planta desalinizadora que hoy se construye en Los Vilos, además de construir un nuevo sistema de transporte de concentrado, alejado de centros más poblados, entre otras obras, dando por iniciada su tramitación ambiental.
“Queremos dejar de usar agua del río Choapa a partir del 2025 y comenzar a operar principalmente con agua de mar o agua recirculada”, señaló Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals.
El PAO, además, considera un nuevo sistema para el transporte del concentrado de cobre entre la planta ubicada en Chacay y el puerto Punta Chungo, en Los Vilos, lugar donde se embarca.
“Junto con aplicar la mejor tecnología disponible, tendrá un trazado alejado de las zonas más pobladas y donde hoy exista mayor actividad económica. De esta forma, disminuyen las posibles interferencias y molestias para los vecinos. Todas estas obras suman en conjunto una inversión estimada de US$1.000 millones”, comentó la firma a través de un comunicado.
De ser aprobado, las obras del PAO se iniciarían en 2023 y podrá generar hasta 2.000 puestos de trabajo durante el período peak de su construcción.
Extensión vida útil
En la compañía relevan que la incorporación de agua desalada en la operación se suma al trabajo desarrollado por Los Pelambres en materia de gestión hídrica en los últimos años, donde participa en diferentes instancias de coordinación pública -privada para habilitar pozos de riego, mejoramiento de canales y operación de los sistemas de “Agua Potable Rural” (APR) de la provincia de Choapa.
“Esta labor se mantendrá en el futuro, con el objetivo de promover un uso sustentable del agua disponible, dando prioridad al fortalecimiento de los sistemas APR para asegurar el consumo humano”, añadió en una nota la propia minera. Todo ello, para enfrentar los efectos de un escenario de escasez hídrica.
Otro proyecto que destaca es el de extensión de vida útil, enfocado en las nuevas exigencias medioambientales y de compromisos pactados con las comunidades, particularmente en lo que dice relación con el Tranque El Mauro.
Por ser un depósito de relaves, -sostienen en Los Pelambres-, El Mauro es una obra dinámica y seguirá así hasta que alcance su capacidad máxima. Por ello, a medida que avanza su operación, se hizo necesario realizar actualizaciones y modificaciones de obras comprometidas en la RCA 38 del año 2004, según expresó la firma.
“Esta obra nos permitirá generar empleo de calidad por más tiempo, contribuir a la economía regional por un período más largo y profundizar nuestro modelo de relacionamiento y vinculación con las comunidades”, indicó la compañía en su página web.
Así las cosas, este conjunto de inversiones apuntan a adaptar la operación de Los Pelambres a las transformaciones que ha sufrido la provincia del Choapa y la Región de Coquimbo en los últimos 20 años, producto de la extensa sequía generada por el cambio climático y del aumento de su población y actividades productivas. “Este es un paso clave en el futuro de Los Pelambres”, afirmó Arriagada.
Fuente: Nueva Minería y Energía