Con banderas negras se manifestaron en Caimanes, mientras en Salamanca hubo una marcha "por la paz y el desarrollo".
Un día después del fallo del Juzgado de Los Vilos que ordena demoler el tranque de relaves El Mauro, en el poblado de Caimanes se vieron banderas negras en varias casas y rayados en las paredes en señal de apoyo a la medida dictada por el juez Jairo Martínez.
Entre los vecinos muchos celebraron la resolución del tribunal, mientras quienes son contrarios a un eventual cierre de la minera, denunciaron estar bajo amenazas y amedrentamientos y no quisieron dar sus nombres frente a consultas. Temen que su vivienda sea objeto de agresiones tal como ocurrió con la casa de RR.PP. de Pelambres, donde desconocidos quebraron vidrios y rayaron con pintura.
De concretarse la demolición del tranque de relaves, como ordena el fallo, la Minera Los Pelambres, firma del brazo minero del grupo Luksic Antofagasta Minerals (AMSA), anunció que podría poner fin a su operación, lo que implicaría una pérdida de más de seis mil empleos directos y otros 12 mil indirectos.
Esto ha generado posturas contrapuestas en Caimanes, de 1.200 habitantes, y también en Salamanca, en la cuenca del río Choapa, donde los actos violentos y cortes de caminos llevaron a la comunidad de Chillepín a convocar el martes último a una marcha a favor de la "paz y desarrollo del valle del Choapa".
En Salamanca, en tanto, ayer se avanzó en un acuerdo sobre el uso de las aguas de la zona tras una mesa de diálogo (ver recuadro), un tipo de instancia que en el caso del tranque El Mauro ha sido rechazada en forma categórica por dirigentes de Caimanes.
Caimanes tenía el año pasado una población flotante de dos mil personas, pero en octubre comenzó a bajar para llegar a 1.400. Ello, dijeron en el pueblo, fue tras las protestas y el fallo de la Suprema, que dio un mes de plazo a la minera para elaborar un plan que asegurara el libre paso de las aguas en la cuenca. Osvaldo Olivares, dueño del restaurante Dallas dijo estar satisfecho con el fallo. "Así volverá la tranquilidad a este pueblo".
El presidente de la Asociación Gremial y de Comerciantes de Caimanes, Carlos Cortés, quien espera que Los Pelambres no cierre, afirmó que la llegada de la minera en los años 90 salvó la economía local. Coincidió Margarita Olivares, quien afirmó: "De mi negocio dependían 22 familias y ahora solo tengo contratadas a cuatro personas".
El alcalde de Los Vilos, Manuel Marcarian, calificó de "grave" que haya división entre la gente de Caimanes. Dijo que él se opuso a la instalación del tranque cuando fue concejal y que se vive un clima de incertidumbre tras el fallo. "Hay mucha gente que tiene su emprendimiento en el sector, incluso gente movilizada", señaló.
La misma preocupación se extiende a Salamanca. Su alcalde Gerardo Rojas expresó que la demolición del tranque y el eventual cierre de faenas haría que el acuerdo logrado "sea impracticable. En nuestra comuna de 25.600 personas, una gran parte depende de manera directa e indirecta de la minera. Esta aporta al fomento productivo, la firma de convenios, ayuda a establecimientos educacionales, entre otros", relató.
El gerente de asuntos externos de AMSA, Andrés Morán, dice "ninguna minera puede operar con producción sin poder depositar su relave. Ejecutar la medida significa detener la producción".
Fuente: El Mercurio