Pese a que la reactivación de proyectos se prevé para después de 2016, la caída del precio de los metales y la menor demanda están empujando a la baja los valores de insumos claves, como ingeniería y energía.
Un nuevo escenario de costos evidencia la industria minera. El estancamiento de proyectos, debido a problemas regulatorios y la baja global en el precio de los metales, ha hecho que la demanda por servicios relacionados a la industria esté ajustando sus valores a la baja.
Atrás comienza a quedar ese escenario, que la misma industria calificó de “irracional”, cuando la competencia por insumos y mano de obra llevó al sector a triplicar el precio de algunos productos y servicios. Aunque en general se habla de recortes cercanos al 20% en algunos ítems, en el sector indican que las nuevas condiciones aún no se pueden cuantificar del todo, ya que no hay ningún proyecto nuevo en construcción u operaciones que permita conocer realmente con qué valores finales llegarán las nuevas facturas. Lo que ya está claro es que al menos por el lado de los costos de ingeniería y energía, las cuentas son alegres.
Este año, el primer reconocimiento de que los precios estaban cambiando provino del vicepresidente senior de Pascua Lama, Eduardo Flores, quien señaló que el costo de construcción de los proyectos mineros estaba más competitivo que hace dos años, una visión que es compartida por el presidente de Antofagasta plc, Diego Hernández, quien indica que los valores de los proyectos tuvieron un primer quiebre en 2013, pero que este año la tendencia al alza ya empezó a revertirse. “Estamos viendo que esos costos están disminuyendo por la baja demanda que hay en el sector minero. Hay menos proyectos y hay menos demanda y eso hace que el valor de los servicios esté bajando”, enumera.
El ex presidente ejecutivo de Codelco Juan Villarzú añade que la caída de precios se ve sobre todo “en sondaje, ingeniería y en bienes de capital”.
Pero el gerente de Estudios de la Sonami, Alvaro Merino, señala que si bien algunas empresas han informado de la reducción de costos, aún no hay información detallada. “Como industria, muy pronto tendremos información sobre los frutos de las políticas de las empresas para bajar sus costos”, dice.
Los Pelambres
Por eso, el mundo minero mira con atención hacia la IV Región. En la localidad de Salamanca está ubicada minera Los Pelambres, cuya inversión de ampliación fue paralizada en 2013, cuando los costos llegaban a US$ 10 mil millones. Según cálculos extraoficiales, si las obras se retomaran hoy, tendrían un valor cercano a los US$ 7 mil millones.
Merino agrega que un indicador que podría mostrar esta nueva tendencia a la baja es la información que entrega la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería, cuyo índice de actividad mostró que entre el cuarto trimestre de 2011, que es el momento donde se alcanzó el peak, hasta julio y agosto de este año, la actividad registra un retroceso de 43%.
Añade que comparado con lo ocurría hace un año, la actividad en las consultoras de ingeniería ha disminuido 18%. “Este es un indicador anticipatorio sobre las actividades relacionadas con proyectos de inversión, que muestra una fuerte caída de su demanda por servicios de ingeniería, todo lo cual indica que su precio debería haber seguido dicha tendencia”, explica.
Listas de espera
El escenario alcista se comenzó a vivir a partir de 2009, cuando los costos de la minería local pasaron a ser superiores que los del resto de los países productores de cobre. El presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, agrega que desde 2003 hasta 2008, “la gran minería del cobre tenía costos en promedio 12% inferiores que el conjunto de los demás países mineros”, señala.
Pero después todo cambió: entre 2009 y 2013 los costos de la gran minería chilena del cobre se encarecieron 11,1%.
Fueron años de “locura”. Como el precio del metal no hacía otra cosa que subir, todas las mineras empezaron a competir entre sí por hacer producir su faena. Había listas de espera para maquinarias y algunos servicios se transaban prácticamente “al mejor postor”. “Hoy no hay listas de espera. Si se pide un camión, se demoran 60 días, incluido el viaje marítimo”, señala el ex presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals y actual director de Finning Internacional, Marcelo Awad.
Cuenta que durante los años del boom minero, un camión para la gran minería llegaba sin neumáticos, porque existía una lista de espera de seis meses y para las grandes palas, herramientas que son construidas a pedido, había que armarse de paciencia: tardaban dos años en llegar. En 12 años, un camión subió tres veces su valor y las palas lo hicieron cuatro veces. “Hoy día puede que su valor haya bajado a tres”. Un camión que llegó a costar US$ 22 millones, hoy se vende a unos US$ 15 millones, ejemplifican en la industria.
Energía a la baja
Otra alza que debieron enfrentar las mineras fue la construcción de campamentos. Entre 2010 y 2012, el metro cuadrado construido de estas instalaciones pasó de 35 UF a 50 UF. “Una subida de 40%”, explica un ejecutivo minero.
Merino añade que el costo de producción de una tonelada de cobre también se incrementó significativamente. “Si entre 1985 y 2011, medido en moneda actual, se requerían US$ 8 mil de inversión para producir una tonelada de cobre, hoy, en tanto, se requiere de US$ 20 mil”, detalla.
Villarino agrega que la minería chilena pasó de tener costos de 65 centavos de dólar la libra de cobre en 2003 a US$ 2,50 la libra en el 2013. Hoy, agrega un ejecutivo del sector, ese valor podría situarse en torno a US$ 2 la libra, en promedio.
Codelco ya ha mostrado un cambio en sus costos. En su última entrega de resultados, la minera indicó que ha visto disminuir el precio unitario de algunos insumos relevantes. En los primeros nueve meses del año, la estatal registró menores gastos en esos ítems por US$ 144 millones, comparado con el mismo período del año pasado. “Hemos constatado que el 84% de este monto corresponde al menor precio de energía eléctrica. Así también nos hemos visto beneficiados por la disminución del precio del petróleo en los mercados internacionales. Este último ítem representa un 13% del monto antes indicado”, explican en la compañía.
Agregan que en el mix de precios de materiales e insumos, estos también han evidenciado bajas de precios, pero su caída no ha sido tan significativa como la energía eléctrica y el crudo, “pero representa un 3% de este ahorro”, dice la estatal.
Joaquín Villarino ahonda e indica que, expresados en dólares, los costos del suministro eléctrico han bajado, “pero eso se explica por el aumento del tipo de cambio”, recalca. Agrega que dado que los ingresos de la minería también están en dólares, es razonable medir los costos en esta moneda, sin olvidar que para la gran mayoría del país lo relevante es el costo de la energía en pesos. “Este sigue en niveles tan preocupantes como los observados a partir del año 2008, cuando se desató la crisis del gas argentino”, destaca.
Valores “predecibles”
Diego Hernández explica que el nivel de caída en los costos podría mantenerse en el tiempo. Esto, dice, ayudado por las propias empresas, que están cambiando la forma de ejecutar los proyectos “justamente para salirse del modelo anterior, que llevó a este aumento desenfrenado cuando hubo mucha demanda”, dice.
Añade que muchas compañías “están creando más capacidades propias para poder hacer proyectos con costos más predecibles”. Pese a ello, indica que ve complejo que gracias a esta nueva tendencia se pueda reactivar el sector. “Los proyectos tienen bastante inercia, cuando se paran, se demora en pararlos y cuando se quieren reactivar, también se demoran. Por eso, no creo que sólo por este factor los proyectos se van a reactivar de forma inmediata”, dice.
Un elemento que cambiará el escenario de inversiones en el sector será el rol que cumplirá Codelco, al comenzar a invertir en sus proyectos estructurales. “Codelco va a empezar con mucha fuerza, y eso va a tener un efecto importante en el mercado”, dice Villarzú.
Awad estima que la estatal generará las confianzas que hoy requiere la industria para reactivar sus inversiones. “El efecto multiplicador de un dólar que se invierte en el sector minero en Chile son US$ 3 en la economía completa, por la actividad económica que se genera. Si Codelco invertirá US$ 24 mil millones, casi es equivalente a que sean US$ 72 mil millones de inversión en cuatro años”, explica el ex ejecutivo de Antofagasta Minerals.
En la industria se estima que el 2016 podría gatillarse la reactivación de los millonarios proyectos. “El próximo año es crítico, porque ahí veremos si se pueden obtener los permisos, y eso dará tranquilidad a los inversionistas y Chile volverá a ser un país atractivo en invertir en minería”, puntualiza Diego Hernández. Al menos en cuanto a costos, el escenario será más favorable.
Fuente: La Tercera