La cifra creció 3,5 veces más que el total nacional, que mostró un alza de 13% en el período. La caída se explica, fundamentalmente, por el menor ritmo en las inversiones y la contención de costos que han llevado a cabo varias empresas del sector.
En los últimos 12 meses, 7.800 personas del sector minero han quedado cesantes. Esto significa un alza de 46% entre el trimestre móvil de agosto y octubre de este año y el mismo período de 2013, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
A nivel nacional, el número de cesantes -personas que trabajaron y hoy están desocupadas- se incrementó un 13% en ese lapso de tiempo, pasando de 438.310 a 493.620 personas. De esos, 24.580 pertenecen al sector que aporta la mayor cantidad de ingresos al fisco, lo que significa que en este sector los cesantes crecieron 3,5 veces más que a nivel nacional. Es una de las actividades económicas donde proporcionalmente se manifiesta con mayor fuerza la baja en ocupación.
La revisión a la baja de la proyección de crecimiento para este año entregada por el Banco Central -que sitúa el incremento del PIB en un 1,7%- da cuenta de una alarmante realidad: la economía está en un preocupante proceso de desaceleración y la minería no ha estado exenta de este escenario, comenta Álvaro Merino, gerente de estudios de la Sonami. Agrega que el peak de ocupación directa en esta actividad se alcanzó en octubre de 2012, con 261 mil trabajadores, es decir, 31 mil más que los que operan en la actualidad.
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Cesco, dice que la principal razón de esta baja se debe a la creciente tendencia de aumento de costos que afecta al sector hace al menos dos años, lo que hace que las empresas reaccionen con planes de contención ya sea de personas, bienes o servicios. "A esto se suman las dificultades en el desarrollo de proyectos, que tanto por razones de mercado, prioridades estratégicas o dificultades regulatorias, como obtención de permisos, han hecho reducir personal en áreas ligadas a proyectos", comenta.
Cristóbal Gamboni, de BBVA Research, añade que el fenómeno se relaciona con el término del superciclo, donde se hicieron inversiones que generaron externalidades positivas sobre el resto de la economía, pero que ya se concretaron. La caída del precio del cobre afecta los planes de inversión y también la contratación de personal, dice. El analista advierte que la tendencia podría seguir agudizándose, ya que las proyecciones de crecimiento de China tiene riesgos a la baja en 2015, y podría seguir impactando el precio del cobre, lo que afecta las contrataciones. Además, de perdurar la menor producción minera que se aprecia en los últimos meses, se podría profundizar la menor demanda de trabajadores.
La caída en el empleo responde al menor ritmo de inversión. A fines de 2012, la carpeta de inversión minera para los próximos 10 años consideraba un monto de US$ 110.000 millones, mientras hoy US$ 50.000 millones están vigentes y US$ 60.000 en proceso de revisión o han postergado la fecha de puesta en marcha por diversos motivos. Merino advierte que lo preocupante es que la inversión minera tiene un efecto importante en otras áreas: Por ejemplo, por cada US$ 100 que se invierten en minería, cerca de US$ 50 se destinan a construcción.
Año incierto
Entre los múltiples obstáculos que ha enfrentado la minería en el año están los altos costos de producción, la infinidad de permisos que traban sus inversiones, los problemas con comunidades y la judicialización de sus iniciativas, lo que se viene a sumar a una eventual derogación del Decreto Ley 600 (DL600) -que según han advertido en el sector resta competitividad frente a otros países mineros, ya que no facilita la inversión extranjera en el sector- y a una contracción del precio del cobre. Todo esto ha tenido como consecuencia un freno importante de las inversiones.
El último reporte del Consejo Minero mostró que, de sus empresas socias, solo ocho tienen proyectos de inversión. La suma, que totaliza US$ 16.399 millones, registra una caída de 45%, frente a los US$ 29.949 millones de un año atrás. Esta caída se explica sobre todo por el fin de la construcción de operaciones como Caserones, de SCM Lumina Copper Chile; Ministro Hales, de Codelco; Sierra Gorda, y de la planta desaladora del yacimiento Mantoverde, propiedad de AngloAmerican. Hasta ahora, el único desarrollo nuevo es Esperanza, mina que pertenece al Distrito Centinela, de Antofagasta Minerals.
El 15 de diciembre, el Banco Central corrigió las proyecciones de precio para el principal commodity del país y proyectó que el cobre anotará un valor promedio cercano a los US$ 2,95 la libra en 2015, y de US$ 2,85 en 2016. Ante esto, el sector espera menores inversiones para el período, lo que podría acentuar el alza en la cesantía en el sector.
Fuente: El Mercurio