Diego Hernández: "A nuestros accionistas no les podemos garantizar que vamos a tener éxito"

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El presidente de Antofagasta plc enfrenta una dura pelea judicial para darle continuidad a Los Pelambres, la mayor operación minera del grupo Luksic.

Una importante prueba de fuego vivirá el martes 17 de marzo el presidente ejecutivo de Antofagasta plc, Diego Hernández.

El alto ejecutivo del brazo minero del grupo Luksic viajará a Londres para entregar los resultados del cierre de 2014 y la visión sobre este año. Pero Hernández sabe que el foco de las consultas en la capital inglesa no estará sólo en las metas productivas de la firma. La atención también estará puesta en la continuidad operativa de Los Pelambres, principal yacimiento del grupo, responsable del 8% de la producción nacional de cobre y del 22% del PIB de la IV Región.

Los Pelambres esta semana fue protagonista de dos conflictos. Uno, judicial, que podría provocar el cierre de la mina. El otro, social, con una toma de la ruta del cobre que impidió el acceso de los trabajadores, provocó la pérdida de 5.000 toneladas de cobre y terminó con la creación de una mesa público-privada para estudiar una fórmula para garantizar a la comunidad el consumo de agua potable a través de una planta desalinizadora.

Por eso, Hernández no irá solo a la junta de accionistas. Lo acompañarán el vicepresidente de Finanzas de la compañía, Alfredo Atucha, y el nuevo ejecutivo encargado del proyecto minero que el grupo impulsa en Estados Unidos, Andrónico Luksic Lederer, hijo menor de Andrónico Luksic Craig.

“A nuestros accionistas no les podemos garantizar que vamos a tener éxito y que tendremos un final feliz”, afirma Hernández. Antes de dejar el país, el ejecutivo interpuso un recurso en la Corte de Apelaciones de La Serena para revertir el fallo del Juzgado de Los Vilos, que ordena demoler el muro de contención del tranque de relaves El Mauro. Esta obra, dice, es relevante para la elaboración del cobre y es donde se depositan los desechos tóxicos que genera el proceso productivo del metal.

“El fallo es imposible de cumplir. Significaría hacer un tranque de relaves en otro lado y repetir esta misma situación. Pero eso tiene un costo, porque los relaves no se pueden echar al río”, explica Hernández, aludiendo al daño ambiental que generaría la medida impuesta por la justicia. Por eso, espera que “prime el sentido común” en el nuevo proceso de apelación que inició el jueves.

“Uno siempre tiene la esperanza de que el sentido común prevalezca”, dice.

¿Cómo les explicará el caso a los accionistas en Londres, tomando en cuenta que hace algunos años se hablaba de la gran ampliación de Los Pelambres y hoy puede cerrarse la operación?

Los accionistas están informados de los temas legales. El lunes, antes de que abriera la Bolsa de Londres, les informamos que la mina estaba tomada y que habíamos perdido 5.000 toneladas de producción en la última semana debido a eso. Ese día también fue el fallo del juez de Los Vilos, que nos sorprendió por su contenido más que por el momento en que salió, y sorprendió no sólo a nosotros, sino que al país y, probablemente, también al propio Poder Judicial. Eso lo informamos de forma inmediata. Al día siguiente las acciones bajaron 5% y se han mantenido ahí, porque a nuestros accionistas no les podemos garantizar que vamos a tener éxito y que tendremos un final feliz.

¿Confía en que los accionistas lo entenderán?

Cuando se explica todo eso, uno dice, por un lado, no sabemos cuál será el final de este tema legal, porque hemos tenido sorpresas que van contra el sentido común. Hemos tenido la disposición de llegar a un acuerdo, pero no queremos llegar a ningún acuerdo con la pistola en la cabeza. Tenemos todos los permisos. En Chile existe un estado de derecho y el país tiene una reputación de ser un país serio a raíz de que en estos últimos 30 años se han hecho inversiones y el país se ha desarrollado y ellos (los accionistas) ven que en esto no hay ningún tema fundamental, porque hemos cumplido en términos ambientales. A lo mejor no hemos hecho las cosas 100% perfectas, pero Pelambres es una mina diseñada y operada como cualquier mina de clase mundial. Por eso, a los accionistas les cuesta entender cuál es el peligro de que nos cierren, pero no les podemos garantizar que finalmente prevalecerá el sentido común.

¿Se pone en la situación de cierre?

Nuestra obligación es ponernos en todas las situaciones: desde expandir hasta cerrar. Siempre tenemos que estar preparados para una crisis. Pero, en vista de estos antecedentes, no podemos garantizar que esto no se va a cerrar.

¿Está preocupado con la reacción que pueda tener el mercado?

Lo más probable es que me hagan preguntas y tengo que contestar objetivamente, no puedo ser ni pesimista ni optimista. Tengo que ser realista y factual, y entregar el relato de los hechos concretos. Espero que el mercado reaccione bien y tenga fe en que Chile es un país donde se puede invertir en minería.

¿Cree que si esto no resulta favorable su cargo esté en riesgo o que se le responsabilice por lo acontecido?

En absoluto. ¿Que se me responsabilice a mí por el fallo del juez de Los Vilos? No creo que sea yo el responsable por eso.

¿Y por el posible cierre de Pelambres es responsable?

Estoy acá hace dos años y medio y estamos tratando de hacer las cosas lo mejor posible. Estamos adaptándonos a los nuevos tiempos y estamos en eso. Creo que esta empresa se maneja igual de bien que cualquier otra mina de las importantes en Chile.

Libre escurrimiento

El fallo de la Corte Suprema dice que El Mauro afecta el “libre escurrimiento natural de las aguas del estero Pupío”. ¿Eso es así?

Las aguas del Pupío escurren. Esa medida está considerada dentro del diseño del tranque. ¿Que no haya ninguna afectación? Eso es imposible, porque cualquier obra de ingeniería afecta al medioambiente. Lo que pidió la corte fue obras complementarias como, por ejemplo, revertir los canales de contorno para que no haya infiltración y no se pierda nada de agua. Pero si esas medidas no son suficientes, se tiene que derrumbar parcial o totalmente el muro del tranque. El tranque no tiene muro; la parte del muro es la parte de los relaves gruesos que van formando el mismo muro de contención. Es decir, hay una transición entre el muro y los relaves que están aguas arriba. No es un muro de concreto.

Pero la Corte Suprema tendrá argumentos para pedir eso...

La interpretación del Poder Judicial es que un tranque de relave siempre está en construcción, porque el muro va subiendo en la medida en que se va llenando con los relaves. Es medio absurdo que la obra va a quedar lista cuando cierre. No se puede estar construyendo eternamente. Es una interpretación mañosa. Propusimos obras adicionales para captar toda esta agua abajo del muro y ponerla en un canal y dejarla escurrir por Caimanes y luego hacia el estero. Eso son unos US$ 10 millones adicionales.

¿Cómo garantizará ese libre escurrimiento si la justicia dice que lo presentado no es suficiente?

Son suficientes para la Dirección General de Aguas (DGA) y para Sernageomin...

Pero eso hoy no es suficiente, pues está el riesgo de derribar el muro…

Pero esos son los órganos técnicamente competentes. Son los que saben del tema técnicamente.

Entonces, ¿qué harán ahora?

Recurrir de ese fallo a la Corte de Apelaciones (lo hicieron el jueves).

¿Van a presentar un nuevo plan?

Estamos dispuestos a revisar nuestro plan, ojalá junto con los organismos competentes, y ver si se puede hacer alguna mejoría adicional o no. Lo que es claro es que cuando   existe un tranque de relave nunca más las aguas van a escurrir de igual forma. Es lo mismo que con este edificio (del grupo): nunca más alguien podrá plantar un árbol en este terreno, porque está el edificio. Si el fallo del juez se lee como que no se puede hacer ninguna obra de  ingeniería para restablecer la situación inicial del escurrimiento de las aguas del valle del Pupío, eso quiere decir que no se debió haber construido el tranque. Pero el tranque sí tiene los permisos.

¿Qué viabilidad le ve a este nuevo proceso tras el fallo?

El fallo es imposible de cumplir. Significaría hacer un tranque de relaves en otro lado y repetir esta misma situación. Pero eso tiene un costo, porque los relaves no se pueden echar al río. La justicia dice ‘paremos todas las operaciones de Pelambres’, pese que cuenta con todos los permisos y que está operando desde hace 15 años. Si ese criterio se usa en cualquier otra demanda, no habrá ninguna obra que se pueda hacer en el país.

Pero ¿el punto de inflexión dónde estará? Así como están hoy tienen que tirar el muro

Estamos apelando y uno siempre tiene la esperanza de que el sentido común prevalezca. Estamos dispuestos a seguir conversando.

¿Por cuánto tiempo se mantendrá la incertidumbre?

No lo sé. Espero que no dure otros seis a ocho años más. Hay temas que se pueden solucionar en forma inmediata y otros que van a llevar más tiempo. Existe la voluntad y planes internos de cómo abordarlos y de tener una relación con la comunidad distinta y adecuada a las expectativas actuales de la gente.

Nuevo relacionamiento

¿Cuál es la reflexión que hace la compañía respecto de su relación con la comunidad?

Hay que tener cuidado, porque la gente que se estaba manifestando no es toda la comunidad. Nosotros cooperamos y trabajamos con buena parte de la comunidad y hemos tenido buenos resultados. Es difícil satisfacer todos los requerimientos. Lograr el diálogo con la comunidad toma tiempo. Lo mismo sucede con lograr identificar cuáles son los proyectos más adecuados y necesarios para la gente y eso requiere tiempo y diálogo permanente al que, en general, como empresa minera nunca estuvimos acostumbrados. Y en esa curva de aprendizaje estamos ahora. Estamos cambiando el enfoque en nuestra relación con las comunidades. La manera de trabajar con ellos ha evolucionado y hay planes para seguir de manera más efectiva, justa y más permanente en el tiempo.

¿Por qué el conflicto escaló hasta este nivel?

A lo mejor, estos problemas eran pequeños al principio y ahora son grandes, pero resolverlos en medio de un proceso judicial no es la mejor manera de avanzar en las relaciones con la comunidad. Pero la pregunta que hay que hacer es ¿por qué hemos terminado en una situación de este tipo y qué hay que hacer para no repetirla? La primera conclusión es que los cambios hay que hacerlos de forma más rápida de lo que estamos acostumbrados. Explicar estos temas (sobre tranque de relaves) es muy complejo, son temas técnicos, pero hay que tratar, porque tiene que existir más transparencia y más diálogo para que todos queden tranquilos. Eso nos faltó, pero no sólo a nosotros: también al resto. Esto que nos está sucediendo está pasando en Chile en muchos otros ámbitos y tenemos que reaccionar y hacerlo de forma positiva. Y, finalmente, también tomar esto como una oportunidad para cambiar las cosas, porque si lo tomamos con una actitud solamente de defender el statu quo, el país no va a seguir funcionando.

¿Cuál es el costo que está viviendo la minera por ser parte del holding de la familia Luksic?

Los problemas que tenemos con las comunidades y los temas que queremos resolver son nuestros. No son problemas del holding.

Pero la gente no ve esa diferencia.

La gente puede especular muchas cosas. No me corresponde a mí especular. En Chile hay muchos opinólogos y yo me tengo que limitar a opinar sobre lo que está bajo mi responsabilidad.

Fuente: La Tercera